El Peligro Del OrgulloMuestra
El Pastel de la humildad
Por Lisa Supp
“Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque devoráis las casas de las viudas, y como pretexto hacéis largas oraciones; por esto recibiréis mayor condenación.”—Mateo 23:14 (RVR1 960)
Una joven empezó a asistir a su primer grupo de oración, estaba nerviosa y sus manos sudaban. Ella creció pensando que las oraciones eran solo para la hora de la comida, y en su experiencia, las personas podían orar por otras, pero no con otras.
Al llegar a la reunión, se sentó en una mesa con tres mujeres, todas expertas en orar en público. De repente, una de ellas arrancó a orar, minutos iban y venían y la oración parecía no tener final. La joven estaba perpleja al escuchar las frases adornadas y el lenguaje arcaico de la oradora veterana. Luego, fue el turno de la joven ofrecer su oración inexperta, la cual a su parecer, sonaba terrible y embarazosa comparada con la oración anterior. Cuando la reunión terminó, la mujer veterana acompañó a la joven hasta su carro. Ella le confesó lo incomoda que se sintió al orar en voz alta, a lo que la mujer le contestó “no te preocupes, un día tus oraciones van a sonar tan bien como las mías. Nos vemos en la próxima reunión”.
Tristemente, no hubo una próxima vez. La joven no regresó.
Aunque las oraciones de la mujer fueron impresionantes, sus conversaciones no tanto. Sus comentarios de superioridad carecían de amor y de motivación. En lugar de seguir el mandamiento de Dios de “sean santos porque Yo soy santo”, ella más bien comunicó “yo soy más santa que tú” con su comportamiento.
Jesús nos advirtió de estas actitudes santas en el versículo de hoy. En Su Sermón del Monte, nos enseñó “Cuando ores, no hagas como los hipócritas a quienes les encanta orar en público, en las esquinas de las calles y en las sinagogas donde todos pueden verlos. Les digo la verdad, no recibirán otra recompensa más que esa” (Mateo 6:5 NTV).
En otras palabras, nuestras oraciones no deberían buscar recompensas terrenales (impresionar a la gente), sino recompensas celestiales (agradar a Dios). Estas oraciones “espectaculares” no solo te traerán mayor juicio de parte de Dios, sino que potencialmente dañarán nuestro testimonio y alejarán a otros. Sin embargo, Dios quiere que oremos juntos y nos motivemos los unos a los otros. El Espíritu Santo usa las oraciones en grupo de manera sorprendente, como sanaciones y avivamiento.
Entonces en vez de usar las oraciones para mostrar lo que sabes, permítele al Espíritu que trabaje en ti para ayudarte a crecer. Únete a un grupo de oración o empieza uno. Y cuando hables, ora las promesas de Dios y ora desde tu corazón. Será un sonido agradable para Dios y Su casa será llamada casa de oración para todas las naciones (Isaías 56:7).
Escrituras
Acerca de este Plan
En este plan, exploraremos por qué el orgullo es tan peligroso y detestable para Dios, y cómo podemos desarraigarlo en nuestras propias vidas y comenzar a caminar con mayor humildad ante Dios y los demás.
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Nos gustaría agradecer a Calvary Chapel Ft. Lauderdale por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://Resources.CalvaryFTL.org