Introducción 

Job 12:7-9

Observa a los animales, y aprende de ellos; Mira a las aves en los cielos, y oye lo que te dicen. Habla con la tierra, para que te enseñe; hasta los peces te lo han de contar. ¿Habrá entre éstos alguien que no sepa que todo esto lo hizo la mano del Señor?

Continuamos con nuestra serie de mensajes Aprendiendo de los Animales y en esta ocasión aprenderemos del León. 

¿Qué características tiene el León? ¿Cuán especial es este animal? Sus características son tan excepcionales que nuestro Señor se identifica con él; llamándose el León de la tribu de Judá.

Lo podemos ver en la revelación que recibió Juan con respecto al retorno del Señor; no habiendo nadie digno de abrir los rollos y desatar los sellos nos dice Apocalipsis 5:5: Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos. Esto.Esto nos dirige a la primera característica del león....

El León es Valiente

Valiente- es alguien capaz de hacer algo arriesgado a pesar del peligro o el posible temor que suscita, actuando con valor y determinación. Cuando una persona es valiente actúa con decisión y firmeza logrando vencer sus temores o dudas.

Cobardía - es lo contrario a la valentía y se aplica a aquel que carece de valentía para realizar una acción de riesgo o para enfrentar una situación que supone un desafío complejo o que acarrea algún tipo de peligro. 

Es interesante ver como la Palabra de Dios pone a los cobardes encabezando la lista de quienes no entrarán a su reino y recibirán castigo.

Apocalipsis 21:7-8 El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.

Ser cobarde es tan grave, como cualquier otro pecado que consideremos altamente condenable.

En 2 Timoteo 1:7 Pablo escribe a Timoteo en un momento en el que éste estaba bajo presión y sufrimiento; sin embargo, le dice: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios.“

¡La cobardía no es de Dios! Los hijos de Dios tienen corazón como el León de la tribu de Judá.

Jesús, nuestro ejemplo a seguir; mientras se encontraba en el Getsemaní angustiado hasta la muerte, oró y su sudor era como gotas de sangre. Jesús sintió temor y angustia, pero las venció. Jesús hizo frente valientemente hasta la muerte...

Hoy puede que estés frente a una situación arriesgada, quizás estés próximo a tomar una decisión importante que te esté inquietando o atemorizando. O puedes estar bajo una gran presión y sufrimiento. Como hijo de Dios, debes saber que Dios te ha concedido la capacidad de afrontar cada una de esas situaciones con valor y determinación. 

La valentía no es ausencia de temor, sino la capacidad de vencer el temor con firmeza.

Recuerda que Dios te ha dado un corazón nuevo, un corazón de cachorro de León.