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“UNA AMISTAD ESPECIAL”

Podemos decir que una amistad especial es aquella relación entre dos o más personas que comparten varias cosas en común con un sentido sincero, fraterno y respetuoso y que es diferente a la amistad que comúnmente se da con otras personas, ya que tiene características fuera de lo común.

 

En principio, la amistad se manifiesta como un sentimiento mutuo, establecido por una igualdad de visiones de la vida o de proyectos en común. No existen parámetros formales para estudiar las amistades y se considera que cada una es única y propone un camino irrepetible: algunas toman pocos minutos en constituirse y otras en cambio toman años en cuajar, así como algunas son más estrechas y cercanas, mientras que otras son más distantes.

 

La amistad brinda al ser humano la posibilidad de compartir su mundo interior: sus inquietudes espirituales, sus sentimientos, sus cuestionamientos existenciales, todo en un ambiente seguro y con una persona de confianza, que nos escuche y nos brinde una opinión desinteresada.

 

En una amistad podemos conocer a la otra persona verdaderamente ya que es allí donde se descubre diversas cosas, como actitudes, sensibilidad, responsabilidad, respeto, disciplina, temperamento, entre otras. Es importante conocer todas estas cosas, antes de involucrar el corazón.

 

La amistad especial, que se convierte en una eficaz amistad cristiana, fundada en una fe profunda, se puede convertir en una comunión espiritual generando una forma de relación sólida y permanente. No consiste en tener la mano extendida, la sonrisa suave y palabras bonitas, sino es una unión espiritual, en la que alguien cree en nosotros y está dispuesto a confiar en nosotros. A los verdaderos amigos les encanta compartir los momentos hermosos y muy preciados de la vida juntos y disfrutar de las pequeñas cosas de la vida.

 

Se puede decir que los verdaderos amigos comparten diversas cosas como son los sueños, los pensamientos, la confianza, las virtudes, las alegrías, así como los dolores. Ellos pueden separarse por vivir lejos uno del otro, pero su amistad no se extingue; hace que la vida valga la pena vivir y al mismo tiempo enseña a afrontarla con serenidad y alegría, ayudando a superar las montañas de miedo, de tristeza, de soledad y de dificultades.

 

Ahora bien, una amistad especial entre hombre y mujer se vive de manera diferente que en una amistad entre personas del mismo sexo; es importante que cuando estas dos personas sean amigos, ambos disfruten el tiempo juntos (comer, caminar, orar, leer la biblia, etc.), hacer planes juntos (ir a cursos, realizar algún proyecto, etc.), conocer a sus demás amigos, superar las barreras del egoísmo, adquirir la capacidad de estar en silencio cuando es necesario; muy importante, saber escuchar, aprender a confiar estableciendo y respetando límites, estar presente, pero sin imponerse, ser útil, cuando sea necesario soportar, ser humilde al dar y saber aprender a perdonar y a pedir perdón, aprender a recibir y dar un consejo así como una crítica.

 

Aprender a conocerse más cuidando sus sentimientos, siendo sinceros y claros y no hacerse suposiciones. Así mismo, tomando en cuenta distintos factores como la manera en la que se conocieron, el tiempo que llevan como amigos, la frecuencia y el grado de interacción o las experiencias emocionales compartidas por ambos.

 

El respeto entre ambos es prioridad, ya que siendo de sexos opuestos el querer hablar de temas delicados será de suma importancia ser sabios en esos momentos, puesto que habrá cosas que quizá no podrán hablarlo tan abiertamente como una amistad entre personas del mismo sexo.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial pedimos en el nombre de tu Hijo amado Jesucristo que tu Espíritu Santo nos ilumine y nos de entendimiento y discernimiento para identificar a un verdadero amigo, y de igual manera ayudarnos a serlo. A estar presentes en los momentos necesarios, en cada circunstancia apoyando y ayudando a nuestros amigos, ayúdanos a ser prudentes, confiables, humildes y respetuosos en todo momento. Te pedimos que nos ayudes a saber dar consejo, consolar y brindar nuestro tiempo sin esperar nada a cambio. Que tengamos la certeza de que nuestra amistad está unida a ti. Te lo pedimos en el nombre de Jesús, amén.