Hablemos De DiosMuestra

Dios sabe

Cuando Dios creó el universo, lo hizo con su poder y su infinita sabiduría. De hecho, en una expresión personificada de la sabiduría misma, leemos en Proverbios 8:29-30, “Cuando ponía al mar su estatuto, para que las aguas no traspasasen su mandamiento; cuando establecía los fundamentos de la tierra, con él estaba yo ordenándolo todo …”

El firmamento y todo lo que lo compone, la infinidad de galaxias, las maravillas de la creación, los tiempos de las estaciones y todo lo que las caracteriza, la grandeza del mar y de todo lo que en él habita, todo ha sido orquestado y ordenado por Dios. En Jeremías 10:12, leemos, “El que hizo la tierra con su poder, el que puso en orden el mundo con su saber, y extendió los cielos con su sabiduría.”

Al pensar en el control que mantiene Dios sobre su creación, medito en nuestras oraciones y me sonrío de lo ingenuos que somos en muchas ocasiones. ¿No te has encontrado diciéndole a Dios cómo puede hacer esto o aquello? Necesitamos que Dios atienda nuestros asuntos, pero llegamos ante Él con un plan estratégico, le decimos lo que creemos que puede hacer para resolver nuestra situación o responder a nuestra petición.

Creo que todos hemos llegado en algún momento delante de Dios, con los pasos exactos de lo que Dios puede llevar a cabo en respuesta a nuestra oración. Imagino a Dios escuchándonos con su bendita paciencia, mientras se sonríe al ver nuestra ingenuidad. Es como si viajáramos en un crucero y quisiéramos decirle al piloto cómo debe navegar la nave.

Al tratar de encontrar maneras para que Dios actúe de tal o cual forma, en respuesta a nuestras oraciones, nos frustramos porque lo que incluimos en nuestro plan estratégico no es precisamente su plan. Por eso, leemos, “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.” Is. 55:8-9

Cuando tenemos conciencia de la sabiduría, el poder y la majestad de nuestro Padre, nos sentimos confiados en que nuestra oración será contestada conforme a su grandeza y no según lo que creemos nosotros que será la mejor respuesta. Dios siempre será más sabio que nosotros.

Nuestra confianza descansa en el Dios, que todo lo sabe, que todo lo puede, y que nos da lo que es mejor para nosotros. “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.” Ef. 3:20-21