Auto-ImagenEjemplo

Muchos sufren de una crisis de identidad. No saben de dónde vienen, en dónde se encuentran, y hacia dónde se dirigen. Pero la Biblia dice que somos hijos de Dios, creados según su imagen y semejanza. ¿Qué autoimagen tiene usted? En palabras más simples: “¿Qué es lo que usted piensa de sí mismo?” ¿Es positivo o negativo? Una encuesta revela que 9 de cada 10 personas tienen una imagen propia negativa de sí mismo. La imagen propia es trascendental, porque la confianza en sí mismo determina el destino.

​Hoy día, muchos sufren por causa de la comparación. Es decir, uno no puede dejar de sentirse superior o inferior con respecto a los demás. La sociedad ha hecho de la competencia una comparación insana. “La última Cena” de Leonardo Da Vinci es una obra de arte que inspira a miles de cristianos alrededor del mundo. Pero hay una anécdota detrás de esta obra. Se dice que Da Vinci quedó sorprendido al observar a un joven que cantaba en el coro de una catedral. Luego del culto, se dirigió al joven, y se presentó. “Mi nombre es Leonardo Da Vinci, soy pintor, estoy dibujando una obra, y quiero que seas el modelo de Jesús”. El joven quedó sorprendido por la propuesta, pero aceptó la idea. Transcurrieron muchos años, pero Da Vinci seguía sin poder terminar la obra. Resulta que había logrado dibujar a Jesús y a sus discípulos, exceptuando a Judas Iscariote. Se paseaba por todas las calles de Roma, pero le era imposible conseguir a alguien que tuviera un semblante perverso, cruel y atroz.

​Pero un día, descubrió a un pordiosero que estaba mendigando en la calle. Al observar su rostro, pensó: “Esto es justamente lo que estaba buscando”. Entonces, lo invitó a comer, y manifestó su interés. “Me llamo Leonardo Da Vinci, soy pintor, estoy dibujando una obra, y necesito el modelo de Judas Iscariote. Y usted es la persona apropiada. Le pagaré por su trabajo”. El mendigo aceptó la propuesta. Cuando Da Vinci terminó su obra, luego de recibir su salario, el joven, saliendo del estudio de este gran pintor, preguntó en voz baja: “¿No reconoce quién soy?” Meneando la cabeza, Da Vinci dijo: “No tengo idea. ¿Lo conozco de algún lugar?” “Un día, usted visitó una catedral, y le pidió a un joven que trabajara como modelo de Jesús, ¿verdad? Me alejé del Señor, pues ese soy yo, me llamo Pietro Bandinelli”.

​¿Cómo es posible que una persona que haya sido el modelo de Jesús, luego se convierta en el modelo de Judas Iscariote, el traidor? La imagen que uno guarda por dentro se refleja en lo exterior. “Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!” (2 Corintios 5:17).

​La Palabra de Dios dice en Génesis 12:2 que “somos bendición”. Es decir, usted no necesita esperar que los planetas se alineen ni usar amuletos para ser “bendecido”, puesto que usted es la fuente de bendición. “Bendito serás en la ciudad, y bendito en el campo... bendito serás en el hogar, y bendito en el camino” (Deuteronomio 28:3, 6). En palabras más simples, la bendición no está en las circunstancias, ¡sino dentro de usted!

​Dios es la fuente de toda bendición. Pero a Dios le complació bendecir al hombre, y considerarlo como bendición. “Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan; por medio de ti serán bendecidas todas las familias de la tierra” (Génesis 12:3). Usted es una persona mejor de lo que usted piensa. Su familia será bendecida por causa de usted, su empresa será bendecida por causa de usted, su país será bendecido por causa de usted, porque usted es bendición.