Atrévete a HablarMuestra

SANANDO  EL CORAZÓN 

Cuando supe que iba a ser papa, tuve sentimientos encontrados y supe que era momento de hablar y decir todo lo que acontecía. Ya que me estaba ahogando con la culpabilidad y el dolor que sentía. Por una parte sentía alivio de saber que ya no ocultaba nada y por otro sentía temor de ser juzgado y señalado. Sabía que iba a entrar en un proceso, y no tendría un liderazgo. Comencé un proceso de sanidad en mi corazón. 

Si te has callado algo por temor del que dirán los hermanos o líderes del ministerio, quiero que sepas que hay una persona más importante que ellos, que está dispuesto ayudarte, levantarte y sanar tu corazón. Cuando creemos que Dios viene con un hacha a cortar, nos encontramos con su gracia y sublime amor. Ten en cuenta que hay pecados visibles y otros no. En mi caso fue visible, y gloria a Dios por ellos porque a raíz de eso comencé mi proceso de sanidad. Si el tuyo no es visible, ve a una persona de confianza y habla. Al principio sentirás vergüenza, pero conseguirás alivio y sanidad. 

Podemos recordar la historia del hijo pródigo, que peco, derrocho, y aun así reconoció su error, sin importar lo que dijeran otros, fue y hablo con su padre, y para su sorpresa su padre le estaba esperando con los brazos abiertos, con una túnica nueva, anillo, calzado y cerdo para celebrar su regreso y que había vuelto a la vida. Dios está esperando por ti, por tu regreso a la vida, hay una túnica, anillo, y calzado que espera por ti. 

Oración: Señor Jesús, reconozco en esta hora que he pecado contra ti, que mi pecado me separa de tu presencia, te pido que entres a mi vida, que sanes mi corazón. Confieso mi pecado delante de ti, restaura mi vida, en el nombre de Jesús, amén.