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Mis Alturas

DÍA 1 DE 4

¿Alguna vez has pensado hasta dónde eres capaz de subir? O al igual que yo, ¿has tenido la oportunidad de escalar? La realidad es que, en mi caso, solo he subido en dos ocasiones paredes de escalar. Tuve la oportunidad estando de vacaciones en crucero. Subí a 39 pies por encima de la cubierta del barco donde estaban ubicadas, y definitivamente ha sido una de las experiencias de más reto y a la vez gratificante que he vivido. Una de las cosas más interesantes, es que, al subir este tipo de paredes, no lo haces de forma recta o lineal como una escalera. Tienes que ir haciendo tu propio camino, ajustando tu cuerpo y aún tu mente de acuerdo a tu agilidad,  tu fuerza y tu flexibilidad. Nuestra vida es así. Dios pensó y planificó un lugar de altura, separado con nuestro nombre, pero no podremos subirlo igual que otra persona. Para llegar a ese lugar habrá procesos que tengas que experimentar, que sólo  los podrás lograr dejando que Dios te guíe y te de la sabiduría y la agilidad para sobrellevarlos. Cuando vamos subiendo, descubriremos que quizá colocamos el pie o dimos un paso en el escalón incorrecto, o que nuestra mano aún no alcanza ese otro peldaño que estamos viendo, pero hasta este momento no está a nuestro alcance. Y es justo allí, donde no hay otra persona a nuestro lado, que nos daremos cuenta lo necesario que es escuchar la voz de Dios, nuestro entrenador  personal y privado, quien nos dará las estrategias para hacer nuestro próximo movimiento; ese movimiento que sí nos corresponde dar. Cuando determinamos subir, necesitamos saber que todo lo que necesitamos lo tenemos en Dios. El es nuestra fuente de poder, de fuerza y de sabiduría. Es por eso que el apóstol Pablo, luego de analizar y ver como había podido vivir su vida en los diferentes momentos, desde aquellos en que experimentó escasez y debilidad hasta aquellos llenos de abundancia y plenitud, puede afirmar que “Todo lo puedo hacer por medio de Cristo, quien me da las fuerzas.” (Filipenses 4:13). Es en Él, en quién  tendremos la fuerza para continuar nuestro viaje, y escalaremos hasta ese lugar que lleva nuestro nombre. 

Hoy quiero que afirmes con determinación: “Voy a subir y voy a llegar porque Dios es quien me dirige y quien me fortalece.”   


Día 2

Acerca de este Plan

Mis Alturas

Hay un lugar alto que te pertenece y tiene tu nombre. Muchas veces solo vemos nuestra vida desde nuestro punto de partida, pero Dios la mira desde arriba, desde el lugar que el escogió para nuestras vidas. Es tiempo de subir, acercarnos y descubrir lo que nos corresponde hacer desde ese lugar. Atrévete!

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Nos gustaría agradecer a Mendith Gonzalez por brindar este plan. Para mayor información por favor visite: http://mendithgonzalez.com/