Mis AlturasMuestra

Llegar a la cima, alcanzar la meta, lograr el gran sueño son aspiraciones que desarrollamos a lo largo de nuestra vida. Porque cada uno puede ser diferente y hasta cierto punto la altura puede ser subjetiva, debemos considerar nuestra escalada como una única, como la de la pared de escalar que te mencioné antes. Es ese trayecto que te vas forjando a medida que quizás doblas tus rodillas, tu cadera se flexiona y tu brazo se extiende para alcanzar ese próximo peldaño. Algo importante es considerar que por ser exclusiva para mi, no hay prisa o competencia por lograrlo. Nunca evaluemos nuestra vida, según el ritmo de alguien más. A medida que nos enfocamos en nuestro trayecto podremos disfrutar cada paso. Tu altura puede ser diferente a la mía, porque desde mi perspectiva luce diferente. Quizás cuando alguien de afuera la ve, puede pensar que no es tan alto, y yo la vea quizás como el Everest. Todo es subjetivo, pero sí es cierto es que es una altura, un nivel más elevado del cual estamos ahora mismo. 

En los lugares de altura que Dios reservó para ti y para mí, ocurren tres cosas importantes.

1. Se convierten en lugar de refugio. Es en la presencia de Dios donde estamos seguros, y Dios es un Dios de altura. Es en su presencia donde somos custodiados de la mejor manera. El lugar de tristeza, depresión, desesperación, temor o miedo, es abajo, por eso es necesario subir a la presencia de Dios. En su presencia eres cuidado, nutrido, fortalecido. El rey David lo llama “mi alto refugio”. Hazlo tuyo también. Contrario a lo que muchas personas consideran refugios, lugares bajo tierra, escondidos o aislados, Dios quiere que subas. Tu lugar de mayor seguridad es en la altura. Leía en una ocasión que en los aviones no suben ratas porque las alturas las matan. Allí en lo alto, el enemigo NO puede tocarte. Allí está la atmósfera de la presencia y el poder salvador de nuestro Dios, el cual para el enemigo es inaccesible. Por eso te recuerdo, elévate sin temor, allí estarás en perfecto cuidado.  

2. Es donde eres lleno de poder. El aposento alto es el lugar donde fue derramado el Espíritu Santo por primera vez. Allí se cumplió lo que Jesús les había dicho, que recibirían poder. Allí sus palabras cambiaron. Es el lugar donde Dios te cambia el vocabulario por uno de poder que ocasionará grandes cambios. Te recuerdo que las palabras tienen poder; poder de crear, transformar y dar vida. ¡Sube a buscar ese poder! 

3. Se convierte en tu lugar de victoria. Fue elevado en un madero, sobre una colina donde se registró la victoria más trascendental de la historia de la humanidad, la muerte de Jesús, que eventualmente resultó en su resurrección. Allí Jesús venció la muerte y el pecado para entregarnos una gran herencia. Quizás pienses que fue donde Jesús sufrió un gran dolor, pero fue allí donde lo venció. Hoy es necesario subir, alcanzar esa altura que te pertenece, que tiene tu nombre para obtener la victoria más grande que hayas soñado.

¡SUBE Y TOMA POSESION, TE RECUERDO, ES TU ALTURA Y LLEVA TU NOMBRE!