Él te conoce

Analicemos hoy el relato de la mujer samaritana, ella estaba sacando el agua del pozo cuando el Señor llegó, debemos tener en cuenta que ella ni siquiera era del pueblo de Dios, en ese entonces, judíos y samaritanos no se trataban, aunque creían en el mismo Dios.

El Señor iba con sus discípulos, y dice la Escritura que le era necesario pasar por Samaria, ¿a qué tenía que pasar Jesús por Samaria? Pues bueno, debes saber que Él nunca perdió una ocasión para cumplir lo que Dios lo mandó a hacer, Él tenía un llamado, un mensaje que dar, y aunque sabía de la persecución que se desataba detrás suyo, para Él, era una necesidad hacer la voluntad de Dios.

Cuando Jesús llega al pozo, se encuentra con la samaritana, y ella estaba allí, era el medio día, y estaba allí bajo ese fuerte sol con su cántaro recogiendo el agua. Miremos un poco el trasfondo de esta situación, las demás mujeres iban en la mañana a recoger el agua, pero ella iba con pleno sol del medio día, para no encontrárselas, porque se sentía avergonzada por su pecado, porque las demás mujeres del pueblo seguramente la acusaban.

En medio de la conversación, Jesús le dice que llame a su marido, a lo que ella contesta que no tiene marido, y Él le dice: “Bien has dicho: No tengo marido; porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad”. Así que, si tú crees que te puedes justificar ante Dios, estás lejos de la verdad, Él conoce nuestros pensamientos y aún la intención de nuestro corazón; Él nos conoce porque Él nos creó; por esto, cuando se revela ante esta mujer avergonzada, le declara el plan de salvación y se muestra a ella como el agua de vida, diciéndole: “mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna”. Esta promesa es para nosotros, si bebemos de esa agua viva que es el Espíritu Santo, nunca más tendremos sed.

Jesús, a esta mujer samaritana le hizo revelaciones gigantescas, le dio a conocer la salvación, y Dios permitió que, a través de ella, se esparciera el mensaje de salvación a Su pueblo. Por tanto, si por un solo instante piensas que Jesús llegó tarde a la vida de esta mujer que tuvo cinco maridos, que estaba avergonzada a tal punto que no podía tomar agua con las otras mujeres, debes saber que el Señor siempre conoce nuestra necesidad y que Él nunca llega tarde, Dios tenía un plan y un propósito con ella.