No le ayudes a Dios

Quiero cerrar este plan de lectura de la Biblia, diciéndote algo que no debes hacer, y es hacerte como Sara. Dios, les prometió a Sara y a Abraham que tendrían un hijo, un heredero, pero ella, al ver que el Señor se tardaba, que pasaban los años y ya había perdido su vitalidad, decidió “ayudarle a Dios”, tuvo una “gran idea” y decidió darle a Abraham, su sierva para que tuviera un hijo y naciera sobre sus rodillas y ese fuera su heredero, idea que a Abraham le pareció bien. Pero sabes que logró con todo esto, Sara, levantó a Ismael el enemigo mas grande que ha tenido Israel hasta el día de hoy. ¿Quieres ayudar a Dios? Piénsalo dos veces.

Si Dios te ha prometido algo, debes saber que Él lo cumplirá, la Biblia dice en Números 23:19 “Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta”. Él no necesita que le des empujones ni ayudas, no necesita que te pongas bravo, ni que le estés contabilizando el tiempo, si pudiéramos, deberíamos amarrarnos a sus promesas, porque de cierto se cumplirán.

Cuando venga la prueba no corras, quédate quieto, espera a Dios, porque Él está buscando una ocasión para bendecirte y darte mucho más, así, como lo hizo con Job. Si Dios se esta demorando, es porque algo mas grande de lo que tu estás esperando, viene para ti.

Así que en, medio de la tormenta, levántate y declara: “Yo sé que mi redentor vive”.