Cómo mantener un matrimonio sólidoMuestra

¡Vivir juntos para siempre!

¿Cómo puedes tener un matrimonio a prueba de divorcio y que sea un matrimonio sólido?

Cada vez es más raro encontrar matrimonios que llevan muchos años de casados, son vistos con gran asombro y admiración. El matrimonio no es una decisión a la ligera, es para toda la vida. Para que sea sólido debe eliminar el pensamiento de separación o divorcio. Lo que un matrimonio debe hacer es encontrar solución a cualquier situación que surja, los conflictos tienen un remedio, «lo que Dios unió, no lo separe el hombre». 

Los redimidos no tienen como opción el divorcio, buscan la solución y no hay culpables. En muchas ocasiones, como pareja, se responde ante situaciones con excusas o simplemente uno de los dos se llena de orgullo y en ese momento termina la comunicación. El elemento fundamental en la unión común es el diálogo, para acercarnos se susurra al oído, para alejarnos se grita. ¿Cuál es tu caso?

El matrimonio es de dos, dos que caminan hacia el mismo lugar, pero que realizan diferentes tareas para complementar el andar. Fue Dios quien diseñó, creó y estableció el matrimonio en una relación permanente para que sean una sola carne, vemos en Génesis: «Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada varona, porque del varón fue tomada». 

Si el vínculo perfecto se rompe, se lastimarán y sufrirán un gran daño las partes involucradas. Es necesario fortalecer la unión desde todas las áreas que competen con la relación. Para esto debo invertir en mí mismo y la manera como se debe realizar es poniendo en práctica algunos consejos.

Lo primero que debemos cuidar es la salud, la alimentación y el ejercicio van de la mano, pues afectan la vida de la persona y lo que puedes o no puedes hacer. De manera indirecta el descuido de tu cuerpo va a ser reflejado en tu vida matrimonial. La falta de cuidado hace que la condición física se deteriore. Hay enfermedades que no controlamos y hay enfermedades que sufrimos a causa de nuestro descuido.

Debemos estar atentos a todos los aspectos de la vida porque en todos deberá estar su Espíritu.

Reflexionemos

¿Qué estás esperando para este especial cuidado? ¿Cuidas tu alimentación y haces ejercicio? Sigues una rutina del cuerpo y del espíritu. En el espíritu aliméntate de la Palabra y medita en ella, ejercítate al responder ante toda situación con sabiduría. No te rindas, para el que cree, todo es posible.