¡Ha resucitado! La realidad de la resurrecciónMuestra

Responder a la resurrección

¿Cómo respondemos a la resurrección? No importa quién seas. No importa lo que hayas hecho. Puedes experimentar el poder y la presencia del Cristo resucitado, y es tan simple como esto: Reconocer, Creer y Confesar.

Primero, debes reconocer que te has equivocado y que has ido en la dirección errónea: lejos del Dios que te ama. La Biblia llama a eso arrepentimiento, lo cual significa hacer un giro. Ahora mismo, tienes la oportunidad de hacer un giro hacia Dios, pedirle perdón, y recibir la gracia y la misericordia que Cristo murió para darte. Y, cuando hagas un giro hacia Dios, Él te dará la bienvenida con los brazos abiertos.

Después, debes creer. Esto es algo más que simplemente dar un consentimiento mental; es confiar tu vida y tu alma eterna a lo que sabes que es cierto. No puedes ganarte la salvación, y no la mereces; esa es la mala noticia. Pero la buena noticia es que Dios te la ofrece como un regalo gratuito gracias a Jesús. ¡Debes confiar plenamente en ese regalo! El apóstol Pablo dio unas instrucciones muy sencillas: “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación” (Romanos 10:9-10).

Después de creer, debes confesar. Eso significa testificar públicamente de tu fe en Cristo, aunque pudieras ser perseguido o rechazado. Incluso hoy, muchas personas dan sus vidas por su testimonio del Cristo resucitado. Jesús dijo: “A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 10:32-33). Su fe en Jesús no es solamente un asunto privado; cuando usted lo confiesa a Él, se convierte en su embajador en el mundo. Si estás preparado para reconocer, creer y confesar, ¿por qué no haces una oración en este momento con tus propias palabras? También puedes usar esta oración:

Dios Padre, vengo a ti como un pecador que necesita salvación. He metido la pata y no me puedo salvar por mí mismo, así que me entrego a tu misericordia. Perdóname. Toma mi pecado, mi vergüenza, mis adicciones y mi oscuridad. Dame tu justicia, tu libertad, tu luz y tu amor.

Confieso con mi boca lo que creo con mi corazón: que Jesús es Señor y que Dios lo resucitó de los muertos. Pongo mi fe y mi confianza solamente en Jesucristo. Recibo tu regalo gratuito de la salvación a través de Jesucristo. Lléname ahora con tu Espíritu Santo y hazme un hijo de Dios. Estoy listo para experimentar el poder y la presencia del Cristo resucitado. A partir de este día, pertenezco a Jesús y Jesús me pertenece a mí. Lo creo, lo recibo y lo confieso, en el nombre de Jesús. ¡Amén!