Ansiosos Por Nada Para Lectores Jóvenes Por Max LucadoMuestra

Hoy hablaremos de la tercera letra de nuestro acrónimo para combatir la ansiedad. L - Levanta la mirada a lo positivo.

Mi amigo Jerry es un gran ejemplo de alguien que está contento porque está agradecido. Su esposa, Ginger, tiene la enfermedad de Parkinson y por eso Jerry ha pasado mucho tiempo en el hospital con ella.

Jerry podría sentirse triste o enfadado, pero no lo hace. ¿Sabes por qué? Todas las mañanas él y su esposa cantan un himno juntos. Jerry siempre le pregunta a Ginger cuál quiere cantar, y ella siempre quiere cantar un viejo himno llamado «¡Bendiciones!». Cuando terminan de cantar, hacen lo que dice el himno y recuerdan todas las cosas buenas de su vida.

Cuando nos centramos en nuestras bendiciones, no importa lo dura que sea la vida, nuestra actitud hacia la vida se vuelve más brillante.

Tómate un segundo para contar tus bendiciones ahora mismo. Piensa por lo que estás agradecido. ¿Por tu familia? ¿Tus amigos? ¿Un buen desayuno? Tus bendiciones pueden ser grandes o pequeñas. Todo ello cuenta como algo porque estar agradecido.

Pablo se las ingenió para estar contento con su vida, incluso cuando las cosas no iban como él quería. Y eso fue la mayor parte del tiempo.

Escribió en Filipenses 4:11-13 (nvi): «… he aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre. Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece».

Recuerda que Pablo escribió esto mientras estaba en prisión. Un guardia lo vigilaba constantemente. No iba a ser liberado pronto. Tenía todas las razones para quejarse, pero en lugar de eso dijo en el versículo 12: «He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias».

¿Cuál era su secreto? Escucha de nuevo la última frase: «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece». El secreto de la satisfacción es apoyarse en Jesús y en lo que Él ha hecho por ti.

Si tu felicidad depende de cuántos seguidores tienes en las redes sociales, de los jonrones que haces o las calificaciones «A» que recibes en clase, tu felicidad subirá y bajará todo el tiempo. Estarás feliz cuando consigas nuevos seguidores y triste cuando los pierdas. Estarás feliz cuando consigas un buen éxito y triste cuando no lo consigas. Estarás contento con un sobresaliente y decepcionado con un notable o un aprobado.

Pero cuando tu felicidad depende de Jesús, puedes ser feliz todo el tiempo. Porque tienes a Jesús todo el tiempo.

Pablo no se centró en lo que no tenía mientras estaba en la cárcel: amigos, buena comida, tiempo de juego, libertad. En cambio, se concentró en lo que sí tenía: Jesús. Y en Jesús tenía toda una lista de cosas increíbles: salvación, perdón, gracia, amor. Lo que tenía en Cristo era mucho más grande que lo que no tenía en la vida.

Para Pablo, lo que tenía en Cristo era lo único que importaba. Dentro de los 104 versos de Filipenses, Pablo mencionó a Jesús cuarenta veces. Eso es cada dos versos y medio. Como dijo en Filipenses 1:21: «Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia».

El único objetivo de Pablo era conocer a Jesús. No le importaba ser rico. No le importaba ser famoso. Todo lo que quería era más de Cristo. Y Cristo estaba con él en todo momento, así que Pablo estaba contento.

Vamos a hacer un pequeño ejercicio.

Saca una hoja de papel y dibuja una línea vertical en el centro de la página creando dos columnas. En la columna de la izquierda, enumera lo que te preocupa hoy. Enumera todo lo que se te ocurra.

Ahora, en la columna de la derecha, haz una lista de lo que agradeces hoy. Piensa en tantas cosas como sea posible, sin importar lo grandes o pequeñas que sean.

¿Te sientes diferente sobre tus preocupaciones después de escribir tu lista de gratitud? Para mí, sé que ver mis bendiciones enumeradas así en un papel es un recordatorio tangible de lo bueno que Dios ha sido conmigo. Y esos recordatorios de su fidelidad ayudan a mantener a raya las preocupaciones de la izquierda.

Es mi oración que este ejercicio te ofrezca hoy la misma paz.