¡Hoy quiero aprender a ser su amigo!Muestra

Llegamos al último día de este devocional y estoy contento de haberte acompañado y compartido lo que ha funcionado en mi amistad con Jesús.

COMENCEMOS:

No quiero desilucionarte pero habrá momentos en los cuales, "la frustración tocará la puerta". Muchas veces sentirás que tu amistad con Jesús no crece. Esto pasa porque nuestra amistad con Él no es similar a lo que sucede con otros amigos.

Recuerdo que en el secundario tenía amigos con los que no hacía falta entablar una conversación. Con sólo mirarnos ya sabíamos lo que el otro quería decir. Eran amigos a los que les podía contar secretos. Y a veces me pregunto porqué no puede suceder esto con Jesús. Que cuando yo lo mire a Él ya sepa que me quiere decir; que haya una conexión continua, directa y personal.

¿Sabías que Jesús tiene un lenguaje único contigo que con otra persona no tiene?

Jesús tiene una amistad única con cada persona. Él quiere desarrollar esa amistad contigo, pero, la pregunta siempre será, ¿qué te impide tener conversaciones directas y honestas con Jesús? ¿Podes contarle todo a Jesús o hay cosas que están en un cofre bajo llave?

Por esto llega la frustración, porque Jesús a veces parece ser un amigo lejano con el que contamos solamente cuando lo necesitamos. A veces hay una barrera. Quiero que ahí en tu lugar le pongas un nombre. Es una barrera que impide que Jesús pueda estar cerca tuyo. Su amor es tan inmenso que Él quiere saber todo de nosotros. Lo que nos pasa, lo que nos duele. Quiere celebrar nuestras victorias y abrazarnos en nuestras derrotas. Jesús quiere, ¿vos querés?

Hay un versículo particular en la Biblia que nos habla de ese amor en Salmos 23:6, "tu amor inagotable me seguirán todos los días de mi vida"

ORACIÓN:

Sabes, realmente oro para que junto al Espíritu Santo puedas desarrollar una amistad hermosa con Jesús. Que puedas encontrar lo que más te gusta hacer para pasar tiempo con él. Él disfruta leerte, escucharte, verte y hacer cosas contigo.

Te ama, te persigue y disfruta tu compañía.

Gracias por leerme, te abrazo dondequiera que te encuentres leyendo este devocional.

Este devocional fue escrito en conjunto con la Miwi Dámaris, de Perú. Si me estás leyendo, recuerda que tu vida es una bendición para mí.