El "NO" de Dios.

El No de Dios en tu vida no es para lastimarte, sino más bien para protegerte y para cuidarte de lo que puede acontecerte si él te hubiera dicho que sí. Recuerda que su voluntad siempre será buena, agradable y perfecta.

Iniciemos…

Cuando inicié a ir a la Iglesia conocí a una persona extraordinaria que también buscaba de Dios y que aparentemente estaba consagrado a él. Sin embargo, cada vez que nos comunicábamos, me alejaba mucho más de Dios de lo que me acercaba. Tomé la decisión de ponerme en oración y de preguntarle a Dios cuál era su voluntad conforme a esa persona en mi vida, si debía de mantenerla o si debía de alejarme yo. Quería procurar hacer lo que Dios me dijera, pero al preguntarle a Dios si esa era la persona idónea que tenía para mi vida (para yo obedecerle) la respuesta inmediata o casi inmediata fue un no rotundo.

Yo empecé a preguntarme: “Señor, ¿por qué no permites que esa sea la persona para mí, si es un buen muchacho, no se ve mal físicamente, es tu hijo, espiritualmente hace las cosas que tú quieres que haga? ¿Por qué no?”. Sin embargo, el Señor a través del tiempo me mostró que lo que aparentemente se veía como bueno y válido para mi vida, no era lo que iba a resultar de forma positiva para mí.

Yo tomé la decisión de no actuar conforme a la voz de Dios y seguía insistiendo en lo que podría pasar con esa persona, sin embargo, los deseos de la carne me arroparon y tuve una ligadura del alma muy fuerte. No fue hasta que Dios me salió al encuentro que entendí que Dios me había dicho que NO porque esa persona, en vez de tratar continuamente de ayudarme a permanecer en el Señor, como yo era nueva creyente, me alejó mucho más de lo que yo podía imaginar. Dios me dijo que no en un tiempo para poder protegerme de todas las consecuencias, de todas las decepciones, de toda la tristeza que pasé por llevarle la contraria. Dios no te dice que no para lastimarte, él cuando te dice que no procura guardarte, rescatarte, cuidarte y ayudarte a ser la persona que en sus planes él decidió que tú fueras.

Aceptar la voluntad de Dios en tu vida es seguir avanzando sin quejas por la palabra que Dios te ha dicho.

Analiza un poco acerca de esto:

1. ¿Quién puede conocerte mejor que Dios?
2. Él te ama y tiene cuidado de ti porque puede ver más allá de lo que tú ves.
3. Nadie va a querer, ni siquiera tú mismo, lo mejor, solo Dios.

Confía en sus respuestas, aún en aquellas que son dolorosas. Aprende a aceptar su voluntad.