No te afanes.

A veces me preguntaba de dónde salía tanta ansiedad de mí, me di cuenta de que el mucho afán la produce.

Iniciemos…

Afán es ese deseo intenso en el que procuramos hacer cosas. Así que, el permanecer en este estado hace que nazca algo nuevo en nosotros llamado ansiedad. Queremos hacer todo perfecto y rápido, y el no hacerlo nos hace sentir incómodos e inquietos, cuando el Señor en su palabra nos ha dicho: “no se afanen por nada”.

En días pasados mencioné que esto es pasajero y lo que realmente permanece es espiritual. Todo lo material que puedes ver se quedará y es por esto que, cuando las personas parten de esta tierra, no pueden llevarse nada de lo que poseen, ni siquiera su propio cuerpo, porque al ser enterrado vuelve al polvo de donde fue sacado.

Hay cosas puntuales que el Señor hoy quiere indicarte para trabajar en tu ansiedad:

1. No te afanes por el dinero, porque Dios suple y provee a sus hijos, a aquellos que deciden ser fieles para con el Padre.
2. No te afanes por cómo has de vestir porque al final esto también es vanidad.
3. No te afanes por lo que has de comer porque Dios más que nadie sabe tu necesidad, y como dijo en algún momento el salmista David: “no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan”.
4. No te afanes por agradarle a los demás o por ser aceptada por otros. El hombre más influyente del mundo fue maltratado por los demás y esto no hizo que dejara de cumplir con su asignación.
5. No te afanes por lo que otros puedan pensar de ti y procura hacer las cosas con la base de lo que Dios podría decir acerca de lo que estás haciendo.

Entrégale hoy a Dios en oración aquellas cosas que te preocupan y de las cuales siempre quieres tener el control.