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Podría ser fácil pensar o incluso hablar de nosotros mismos de manera negativa. A menudo pensamos rápidamente que no somos lo suficientemente buenos, lo suficientemente bonitos, lo suficientemente altos, lo suficientemente fuertes, lo suficientemente delgados, lo suficientemente atléticos, la lista podría seguir y seguir. La buena noticia es que no tenemos que seguir repitiéndonos esos pensamientos. En cambio, podemos aprender de lo que dice Pablo aquí y pedirle a Dios que renueve nuestra mente. Para cambiar nuestra forma de pensar. Para vernos a nosotros mismos de una manera nueva. Para vernos como Dios nos ve.

Hoy, pídele a Dios que te muestre una nueva forma de pensar en ti mismo. ¡Ora para que Dios te ayude a verte a ti mismo como alguien hecho perfectamente a la imagen de Dios!