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Día 3: Afuera hay un temporal

Es increíble el cómo estar afuera y sin resguardo hace que un temporal sea inaguantable, pero es diferente estar resguardado mirando el temporal por un gran ventanal; tiene hasta algo romántico.

Creo que la gran mayoría de nosotros disfruta ver una gran tormenta por un ventanal. La importancia del resguardo es indispensable, pero todo lugar de resguardo, sea tu hogar o el lugar donde veas desde un ventanal, tuvo que ser construido, y la construcción lleva tiempo.

Construir un lugar donde estemos seguros en Jesús requiere tiempo, intimidad. Todo esto provoca una seguridad que no se compra con nada.

He vivido tormentas increíbles, pero confiando en Jesús todo fue superado. Jesús es y ha sido el resguardo de mis abuelos, mis padres y mío; y ha sido sembrado en el corazón de mi hijo para que su confianza se pare en Jesucristo.

Salmo 91:2 "Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré".

Declarar la palabra de Dios en momentos críticos hace que el temporal que estoy cruzando lo viva de una manera diferente. Su cuidado está constantemente sobre mí.