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Preguntas que nos hace Dios

DÍA 1 DE 7

Dios pregunta: "¿Dónde estás?

Estamos acostumbrados a hacerle preguntas a Dios. A menudo le preguntamos el porqué de esto y el porqué de aquello. Normalmente nuestras preguntas tienen que ver con nuestras circunstancias y con cosas que nos pasan. Dios también hace preguntas y nos conviene escucharlas. Sus preguntas confrontan cuestiones en nuestros corazones que a veces ni sabemos que existen y cuando las respondemos con sinceridad aclaran confusión y nos llevan a un lugar de confianza y descanso…

Y oyeron al SEÑOR Dios que se paseaba en el huerto al fresco del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia del SEÑOR Dios entre los árboles del huerto. Y el SEÑOR Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás? Gen 3:8-9

La primera pregunta que Dios hizo a un ser humano fue en el Huerto de Edén. Preguntó: ¿Dónde estás?

La Biblia da entender que Adán y Eva tenían una relación de amistad y compañerismo tan estrecha con Dios que paseaban juntos en el huerto. Después de que pecaron, se escondieron de él y no estaban en el lugar de encuentro habitual. Es obvio que Dios sabía dónde estaban, pero preguntó de todas formas. Hizo la pregunta para qué ellos mismos respondieran, quería entablar una conversación con ellos y empezar a reconstruir la relación que ellos habían roto. Dios buscaba la reconciliación.

Es interesante que Dios fue en busca de ellos aunque ellos no lo querían ver.

Adán responde a la pregunta:

"Oí tu voz en el jardín y tuve miedo, porque estaba desnudo. Por eso me escondí".

Adán y Eva habían estado desnudos desde el principio y nunca se habían escondido de Dios. Su desnudez nunca había sido una preocupación, ni tampoco habían sentido temor de su presencia.

Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, y no se avergonzaban. Gen 2:25

De repente se sentían vulnerables, descubiertos, expuestos y hasta amenazados. No solo estaban conscientes de que sus cuerpos físicos estaban expuestos; también sus espíritus y sus emociones estaban desnudos. Era una sensación nueva para Adán y Eva. Pudieron cubrir sus cuerpos con hojas de árboles, pero no había nada que podría tapar la vergüenza y el temor. Estaban sintiendo cosas que nunca habían sentido.

La vergüenza es el sentimiento de culpa, de haber hecho algo indecoroso y haber fallado. Es el pensar que si ciertas personas supiesen lo que hicimos pensarían menos de nosotros y menguaría la estima que nos tienen.

La vergüenza llega de varias direcciones.

Existe una vergüenza que no tiene nada que ver con lo que hemos hecho y es dañino. Lo podemos llamar "vergüenza familiar" y surge no por lo que has hecho tú, sino por lo que ha hecho tu familia, o por lo que tu familia NO es o no tiene. También puede haberte avergonzado el comportamiento de miembros de tu familia que ha salido a la luz.

Está también la vergüenza por lo que otros te han hecho, por ejemplo el abuso sexual crea un sentimiento profundo de vergüenza aunque no hayas tenido nada que ver con lo que pasó.

Y luego está la vergüenza por lo que tú mismo has hecho. No hay nadie en este mundo que no mira atrás con remordimiento por ciertas acciones, palabras o pecados. Lo natural es condenarte, y aunque parece que andas por la calle con la cabeza en alto, realmente por dentro te cuesta mirar a las personas a los ojos, es un sentimiento destructivo y agotador. Y si pudieras cubrirte con hojas de higuera lo harías.

¿Qué hacemos con la vergüenza?¿Cómo podemos liberarnos de ella?

Lo primero que tenemos que tener claro es que somos hijos de Dios. ¡Tú eres hijo de Dios! La familia en la que naciste no es tu responsabilidad, ni lo que han hecho tus padres, ni tampoco lo que hacen tus hijos adultos. Tú perteneces a la familia de Dios, donde el Padre es Perfecto y es TU Padre.

Para superar la vergüenza de lo que otros te han hecho, el primer paso es reconocerlo. Lo llamas por nombre y confiesas que NO eres culpable de lo que pasó; no lo buscaste, ni lo quisiste. Con la ayuda de Dios perdona a tus agresores y busca ayuda profesional.

La vergüenza personal, por tus acciones y pecado es la más fácil de superar si lo intentas.

"Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de todo mal" 1 Juan 1:9

NO te tienes que castigar, ni latigar, ni tienes que hacer penitencia. Tampoco ayuda lamentarte ni condenarte.

Jesucristo pagó un precio muy alto por nuestro perdón y si no lo recibimos tal como Él lo ha dado --- LIBREMENTE --- le mostramos que no creemos que su sacrificio es suficiente. Cuando no recibimos su perdón estamos diciendo que el castigo que Él recibió, no logra pagar lo que yo hice y necesito castigarme también para terminar de pagar mi deuda.

Repite este versículo conmigo: "si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de todo mal" 1 Juan 1:9

Dios te pregunta hoy: ¿Dónde estás? Si estás escondido, es tiempo de salir de ese escondite y permitir que Dios cubra tu desnudez de espíritu y alma con su perdón.

Día 2

Acerca de este Plan

Preguntas que nos hace Dios

Todos tenemos preguntas para Dios, pero rara vez pensamos en las preguntas que Él nos hace a nosotros. Toma una semana para abrir tus oídos espirituales y escuchar lo que el Señor te quiere preguntar y con corazón sincero contestarle.

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Nos gustaría agradecer a Rebecca M Jacob por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://rebeccamjacob.com/