Lecciones del libro de TitoMuestra

Para los hombres de 50 años en adelante (y para quienes los aman) - Parte 1

De todos los miembros oficiales de mi iglesia, alrededor del 7 por ciento es lo que el apóstol Pablo llamaba «ancianos», una expresión griega que se refiere a las edades de 50 años en adelante. Si tú eres uno de ellos, o conoces a alguno, escucha: «Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia» (Tito 2:2).

Esas son palabras sabias. Los hombres tienden a progresar cuando se sienten respetados en la vida. Sin embargo, a medida que envejecen, sus músculos pierden tonicidad, su mente pierde la agudeza y la siguiente generación los supera en valor para las empresas y habilidades tecnológicas. Esa realidad hace que muchos hombres se vuelvan amargados y se conviertan en «viejos gruñones» que se quejan de todo lo que hay bajo el sol.

Pablo quiere lo mejor para nuestros hermanos mayores en Cristo. Él quiere que sean diferentes, y, por medio de Jesús, pueden serlo. Cuando llenan sus corazones con las promesas de Dios, no necesitan el respeto del mundo. Por el contrario, las garantías de la misericordia les permiten envejecer con gracia y crecer en fortaleza espiritual incluso si su cuerpo se debilita.

Adultos mayores, si toman en serio las palabras de Pablo, serán una gran bendición para la siguiente generación, sus experiencias en la guerra, los negocios y la familia los ayudarán a guiarlos por los traicioneros años de la edad adulta y conducirlos a lo único que realmente importa: Dios. Por lo tanto, pídele hoy al Espíritu Santo que te convierta en un hombre mayor digno de respeto.