Lecciones del libro de TitoMuestra

Para los hombres de 50 años en adelante (y para quienes los aman) - Parte 2

Si alguna vez has presenciado un bautismo, es posible que hayas visto una pequeña multitud de personas reunidas frente a la iglesia. Cuando se bautiza un niño, los padres muchas veces eligen como padrino a un hermano, primo o amigo cercano. Esta tradición humana es una forma de: 1. Honrar la fe de alguien y 2. Aumentar el «equipo» que ayudará a mantener a ese niño cerca de Cristo.

Sin embargo, hace unos años, una joven pareja de nuestra iglesia eligió un único padrino para su hijo: un hombre llamado Tom. Tom (y su esposa, Pam) son abuelos de dos adolescentes; sin embargo, les pidieron que ayudaran a criar al pequeño Henry para que llegara a ser un hombre fuerte de Dios. ¿Por qué? Por la forma en que viven su fe.

Su historia me hace pensar en las palabras de Pablo al pastor Tito: «Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia» (Tito 2:2). Esa es la descripción de Tom. La gente lo respeta, tiene una fe sólida y saludable. Él ama el amor de Jesús, que lo impulsa a buscar a Dios en su vida. No es perfecto, pero ama la cruz y anhela honrar a Dios con todo lo que hace.

Hay muchas familias que se mueren por encontrar personas que sean un buen ejemplo que les ayuden a criar a la próxima generación para que ame a Jesús. Acompáñame hoy para pedirle al Espíritu Santo que levante más creyentes como Tom y Pam, cristianos cuya fe se nota y se respeta, sin importar su edad.