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Vengan y vean

Felipe fue a buscar a Natanael. Le dijo: «Hemos encontrado a la persona de la que escribieron Moisés y los profetas. Su nombre es Jesús. Es el hijo de José de Nazaret».

¿Qué dice Natanael? Pregunta: «¿Puede venir algo bueno de Nazaret?». Suena como si Jesús viniera de un barrio dudoso. ¿Qué se puede esperar de alguien así? Natanael está dispuesto a descartarlo, pero Felipe le dice: «Ven y compruébalo tú mismo». Si quieres saber si Jesús es el Mesías, tienes que venir, verlo y experimentarlo por ti mismo.

Felipe y Natanael caminan hacia Jesús. Mientras se acercan, Jesús dice que Natanael es «un auténtico hijo de Israel». Es un hombre completamente íntegro. Lo que Jesús dijo de Natanael es algo que deberíamos desear que Jesús dijera de nosotros. Cuando Él me mira, ¿está diciendo: «Ryan, eres un hombre íntegro», o está diciendo: «Te quiero, pero amigo, tu vida espiritual es un desastre»?

¿Tu vida gira en torno a ti mismo o a Jesús? ¿Vas por la vida, sirviendo a Jesús en la iglesia y luego, cuando sales de ella te dedicas al mundo? ¿Tienes una doble mentalidad? ¿Sabes lo que dijo Jesús al respecto? Que, si no eres frío ni caliente, sino tibio, Dios te escupirá de su boca (Apocalipsis 3:16). También dijo, en otro lugar, que quien no está con Él, está contra Él. Tienes que hacer una elección. No puedes tener una doble mentalidad.

Natanael le preguntó a Jesús: «¿Cómo sabes de mí?». Jesús le dijo: «Te vi bajo la higuera, antes de que Felipe te llamara». Natanael se quedó asombrado. Dijo: «Tú eres el Hijo de Dios, el Rey de Israel». Entonces Jesús le prometió a Natanael que vería cosas mucho más grandes que eso. El cielo se abriría, los ángeles de Dios subirían y bajarían sobre el Hijo del Hombre. Le dice a Natanael: «Todavía no has visto nada».

Jesús vio a Natanael, un hombre íntegro que quería conocer a su Mesías. Si buscas a Jesús, Él te encontrará. Mi versículo de vida, 2 Crónicas 16:9, dice que los ojos del Señor se extienden por toda la tierra para fortalecer los corazones que están completamente comprometidos con Él. ¿Estás completamente comprometido con Jesús? ¿Estás ardiendo por Él? Eso es lo que tienes que decidir.

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