Una Cita InesperadaMuestra

Ni el presente ni el pasado limitan a Jesús

La religión, para que podamos llegar a Jesús, exige una vida resuelta y libre de pecados.

Pero lo que él hizo en la cruz fue justamente para que lleguemos a sus pies con todas nuestras aflicciones y errores, incluso con nuestra vida en pedazos.

En momentos difíciles no entendemos el porqué de lo que estamos viviendo, pero Jesús puede dar un giro a cualquier situación por la que estemos atravesando.

En Juan 4:17-18 se nos da nos da a conocer un poco del pasado de esta mujer de Samaria. Al igual que la mayoría, ella conoce a Jesús con una historia difícil, con un pasado que, en su lugar, muchos hubiésemos querido enterrar y olvidar para siempre. Ella esperaba que Jesús juzgase sus hechos, como lo habían hecho todas las personas. Pero lo que ella no sabía era que Jesús no iba a su encuentro con la intención de juzgar, sino para sanar cada una de sus heridas.

Jesús siempre marca la diferencia. Mientras todos habían rechazado a esta mujer, él la aceptó por completo. Él no expuso su pecado para condenarla, lo hizo para demostrar su amor en medio del dolor. A Dios no le molestan tus fallas, él aprovecha y usa todo eso para traer cambio y restauración. Él trae a la luz y arranca de raíz aquellas cosas que necesitamos sanar por completo. Él nos transforma para que podamos vivir en su libertad.

Si nuestro pasado o nuestro presente no pueden limitar a Jesús, ¿por qué a veces lo limitamos nosotros mismos con excusas? Es como si buscáramos levantar entre Dios y nosotros un muro de separación que él ya ha derribado.

No hay nada que podamos hacer para merecer la misericordia y la gracia de Dios, él ya nos regaló el perdón por todos nuestros errores, pero desea que vivamos nuestra vida sin limitaciones. Él quiere que disfrutes de tu vida al máximo, sin cargarla con cosas que no te corresponden.

Oración: Señor, te damos gracias porque en ti podemos encontrar perdón, paz y descanso. Gracias porque nuestros errores no nos definen, sino tú. Ayúdanos a vivir en la libertad que ya nos has concedido a través de la cruz. Amén.