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Todos enfrentamos procesos

El vocabulario de muchas personas al momento de hablar sobre procesos está cargado de dolor, incertidumbre, aflicción, pérdida, desilusión, angustia, soledad, tristeza, desesperanza y desasosiego. ¿Pero esto es lo que realmente quiere Dios? Para algunos la voluntad de Dios tiene que ver más con sufrimiento que con formación. La realidad es que todos enfrentamos, estamos enfrentando o estaremos enfrentado procesos, no importa el status económico o a que religión perteneces. Estar en Cristo es un proceso contínuo y constante de transformación y formación. Esta noticia es más liberadora de lo que imaginas. Los procesos divinos no son degenerativos sino formativos. Los procesos no son un evento. No es algo que viene y se va. En la vida del Reino todo es manifestado con una intención que ya había sido de antemano diseñada por Dios. Nada en Dios ocurre en un vacío, todo manifiesta una diáfana intención divina. Tú no eres un experimento en la tierra, no eres un accidente y nada de lo que has vivido es un castigo de Dios hacia tu vida. En Cristo fuiste hecho nueva criatura, santo, salvo, perdonado y justo. De hecho Cristo es el medio que nos trajo devuelta a Dios mismo:

Y todo esto es un regalo de Dios, quien nos trajo de vuelta a sí mismo por medio de Cristo.2 Corintios 5:18.

Dios no te trajo de vuelta a él para castigarte, su propósito es mucho mayor que un castigo. Y en cuanto al castigo que merecíamos ya Dios se había provisto de rescate:

Pero él fue traspasado por nuestras rebeliones y aplastado por nuestros pecados. Fue golpeado para que nosotros estuviéramos en paz; fue azotado para que pudiéramos ser sanados. Isaías 53:5 NTV

El asunto fue resuelto en su Hijo. Ahora tú y yo vamos siendo formados en Él para manifestar lo que ya Él hizo en su victoria en la cruz. Cuando eres despertado a esta verdad, comprenderás que eres una obra maestra en Cristo (Efesios2:10) y no un creyente en ruinas. Algo más que debes entender antes de continuar este plan. La realidad es que tú y yo no estamos aquí porque somos autosuficientes, sino por la Gracia manifestada en nuestras vidas por medio de la obra consumada de Cristo. Estamos en un continuo y constante proceso de formación en Cristo y no para tener solo una buena conducta.

Muchos piensan que los procesos en Dios son exclusivamente para llevarnos a ser mejores seres humanos. Tú y yo conocemos de muchas personas que son intachables en cuanto a la conducta se refiere, son gente servicial, amable, honrada; pero la vida de Cristo no les está gobernando. Así que el fin de los procesos no es convertirnos a ti y a mí en mejores personas, esto es una evidencia no el fin. El fin de los procesos es ser conformados a la imagen del Hijo y no para ser conformes con lo que nos diga el sistema. Este proceso de formación comienza cuando dejamos que Dios nos cambie la manera de pensar:

“más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes la cual es buena, agradable yperfecta” Romanos 12:2 NTV.

No somos transformados por la modificación del comportamiento o la conducta, sino que comenzamos en esta jornada maravillosa de transformación por medio de la renovación del entendimiento por medio del poder del Espíritu Santo.

Hoy es un buen momento para detenerte y en oración decirle a Dios: Señor, transfórmame.