Cuando La Tormenta ArreciaEjemplo
Cuando la tormenta arrecia
Vivimos una vida tranquila y todo va bien en los diferentes aspectos de nuestras vidas. Hasta que un día llega un problema inesperado y a ese se van sumando otros. De repente se vuelve un caos del que no sabemos cómo salir; tratamos de ejercer nuestra fe, pero nos falla; vienen pensamientos contrarios a nuestra mente que nos alejan de las posibles soluciones. Comenzamos a hacernos miles de preguntas. Cuestionamos a Dios, a la familia, a los compañeros de trabajo, a los amigos, en fin, a todo el que podamos. Estamos en la búsqueda de un culpable más allá de las soluciones a la tempestad que vivimos.
Entonces nos preguntamos cómo está nuestra espiritualidad. Por qué si andamos con Jesús nos tienen que pasar cosas que nos lastiman y nos hacen daño. Llegan pérdidas, divorcio, crisis económicas, diferencias con los hijos, problemas matrimoniales, enfermedades y tantas otras cosas. No recordamos que en el mundo tendríamos aflicción y no ponemos nuestra confianza en Dios. Andamos con Jesús, pero no llevamos una relación profunda con él. Nos subimos a la barca como lo hicieron los discípulos, sin embargo, necesitamos confiar en el poder y la soberanía del Señor.
Por lo tanto, nuestra mente nos traiciona con pensamientos de derrota. Vemos la tormenta y le atribuimos más poder del que tiene nuestro Señor. Lamentablemente nuestros pensamientos son poderosos, nos hacen ver la situación fuera de proporción y nos ciegan. Entonces, en vez de creerle a Dios, confiamos que las aguas turbulentas nos van a ahogar. Se nos olvida que Jesús está ahí en la barca. Con él todo es seguro, no tenemos por qué desmayar.
De esos pensamientos vienen las emociones. Nos visita el miedo, la ansiedad y la tristeza; si no las sabemos controlar se pueden volver trastornos de salud mental que pueden llevar a la depresión. Y claro, somos humanos y podemos experimentar diversas emociones, o importante es controlarlas y no dejar que ellas te controlen a ti. Dios no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de poder, amor y dominio propio. O sea, nos ha dado las herramientas para enfrentar esas emociones y decirles: “basta ya, no me vas a controlar, tengo la autoridad de Dios para echarte fuera de mi vida”.
Cuando la tormenta arrecia no podemos olvidar a quién tenemos a nuestro lado. No importa que duerma, Él tiene cuidado de nosotros. No hay por qué temer.
Acerca de este Plan
La vida trae consigo retos que nos hacen temblar y ponen a prueba la fe. Si estás pasando por una tormenta en tu vida, hay esperanza para ti. Este plan de cinco días te inspirará para que renueves tus fuerzas y confíes en el Señor cuando la tormenta arrecia.
More
Nos gustaría agradecer a Elizabeth Vargas por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.masquevivir.com/