Cuando La Tormenta ArreciaEjemplo

A quién tienes a tu lado

En la barca los discípulos estaban llenos de miedo, unos a otros no podían darse palabras de aliento ni fortalecer su fe. Sin embargo, tenían a su lado al mejor acompañante que podemos tener en nuestras vidas, a Jesús. Con él, no importa cuán fuerte sea la tempestad, tenemos la seguridad de que llegaremos a nuestro destino y que la tormenta cesará. Por lo tanto, es importante tener siempre a Jesús con nosotros y no separarnos de su lado, es necesario pasar tiempo de intimidad con él para que en momentos de tempestad se pueda fortalecer nuestra fe. El Señor nunca nos dejará solos.

No así las personas que tenemos a nuestro alrededor como nuestro cónyuge, la familia, los amigos, aún los líderes de la iglesia. Puede que en el momento que más los necesites te cuestionen, te quiten el apoyo y hasta se burlen de lo que te está ocurriendo. La palabra de Dios dice que la esposa de Job le dijo que maldijera a su Dios y se muriera, sus amigos lo cuestionaron, pensaron que Job estaba pagando por algún pecado. Imagina que en el momento de dolor lo que necesitas es apoyo, solidaridad, compasión, empatía y te encuentras con todo lo contrario, eso hace el proceso más doloroso. Sin embargo, Dios no te ha dejado, Él sigue a tu lado en medio de la tempestad.

Lo que a veces nos sorprende es ver de quiénes vienen las palabras de acusación y la falta de apoyo, es doloroso recibirlo de aquellos que son más cercanos. Eso nos hiere y hace que la carga se haga más pesada. En el Salmo 55:12-14 narra que quién hiere no es un enemigo, sino un familiar y un guía que estaban juntos en amistad en la casa de Dios. Por lo tanto, nuestra confianza debe estar puesta en el Señor y no en los hombres porque ellos pueden fallar.

Aun así, procura rodearte de amigos llenos de amor, misericordia y que sean empáticos. Amigos que puedan darte una palabra de aliento, que puedan orar por ti y darte un buen consejo en tus momentos difíciles. De los amigos que sean como los del paralítico que buscaron cómo abrir el techo para bajarlo y que Jesús hiciera un milagro, esos son los amigos que necesitamos en nuestra vida. Asimismo, si todavía no te has casado procura escoger un cónyuge que sea una ayuda idónea para ti, que te sostenga en los instantes de dolor y que camine junto a ti en las tormentas de la vida.

Si ya estás en una relación matrimonial, trata que juntos mantengan intimidad con Dios para que cuando atraviesen el valle de sombra y de muerte puedan fortalecerse el uno al otro en el Señor. Finalmente, selecciona bien quién irá en la barca de tu vida para que te ayude a aumentar tu fe cuando la tormenta arrecie.