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Inmune Al Temor – Semana 2Muestra

Inmune Al Temor – Semana 2

DÍA 1 DE 7

Un arma contra el temor

El propósito es un arma poderosa contra el temor. ¿Qué es lo que les dio a miles de jóvenes el valor para atacar las playas de Normandía el día 6 de junio de 1944, conocido también como “Día D”? El propósito fue lo que les dio la capacidad de enfrentar y conquistar una gran fuerza maligna. La misma verdad es cierta para nuestras vidas, porque cuando vivimos con un gran sentido de propósito, también estamos llenos de valentía. Si logramos recordar que el tiempo es corto y que, como cristianos, nos ha sido encomendada una tarea celestial (tirar abajo las puertas del infierno, ganar a los perdidos, y liberar a los cautivos), ese propósito nos llenará de valentía.

“Hijitos, ya es el último tiempo” (1 Juan 2:18). Sé que este último tiempo parece haber durado mucho. Juan escribió esas palabras hace más de diecinueve siglos atrás, pero no permitamos que ese dato nos confunda. Podemos estar seguros de una cosa: si era el último tiempo entonces, ¡por supuesto que ahora también lo es! Si Juan escribiera hoy, seguramente diría: “Hijitos, estamos en el último segundo del último minuto de la última hora”.

La mayoría de las personas viven esta vida como si fuera algo permanente. A menudo, tan solo despiertan al hecho de que sus días están determinados después de una crisis o una calamidad. “Ciertamente sus días están determinados, y el número de sus meses está cerca de ti; le pusiste límites, de los cuales no pasará” (Job 14:5).

Nuestros días están determinados. En realidad, solo hay tiempo para las cosas importantes. Y me refiero particularmente a la iglesia de Jesucristo. Las personas a menudo dicen que la vida se compone de mil detalles, pero lo pequeño no debería pesar más que lo grande. La iglesia debería preocuparse tan solo por una cosa: vivir ardiendo por Jesús y hacer campaña por las almas. Cuando la Escritura proclama: “es el último tiempo”, es porque de verdad es así. Para el mensaje del evangelio siempre es el último tiempo, y esta doctrina única y especial de la Escritura se llama “inminencia”.

Muchos se relajan y se quedan de brazos cruzados, pensando que aún quedan cuatro meses para la cosecha (Juan 4:35). Si quiere saber cómo es que un solo individuo como Pablo hizo tantas cosas, debería leer su primera carta a los Corintios. Él vivió como si el final de todo fuera inminente, como si el último telón siempre estuviera a punto de cerrarse. “Pero esto digo, hermanos: que el tiempo es corto; resta, pues, que los que tienen esposa sean como si no la tuviesen; y los que lloran, como si no llorasen; y los que se alegran, como si no se alegrasen; y los que compran, como si no poseyesen; y los que disfrutan de este mundo, como si no lo disfrutasen; porque la apariencia de este mundo se pasa” (1 Corintios 7:29-31).

El Evangelio es eterno, pero no tenemos toda la eternidad para predicarlo. Pareciera como si efectivamente tuviéramos todo ese tiempo cuando miramos las operaciones sin prisas de la Iglesia en el frente de batalla del Evangelio. Tenemos tan solo lo que dure nuestra vida para alcanzar a aquellos que viven tanto tiempo como nosotros. En la actualidad, más de siete mil millones de almas están vivas en este planeta. No es que existan en un tiempo futuro que necesitará escuchar el Evangelio, sino que están presentes y viviendo sobre la tierra ahora. Estamos en los últimos tiempos.

Lucas 21:11 dice: “y habrá grandes terremotos, y en diferentes lugares hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales del cielo”. Entonces, ¿qué haremos mientras el tiempo corre hacia el fin y el caos, el terror, las hambrunas y las plagas aumenten sobre la tierra? Podemos estar ocupados con el temor que nos venden los medios de comunicación, enfocándonos en nosotros mismos y en intentar preservar nuestras vidas y nuestros intereses de modo frenético, O podemos ocuparnos en la Gran Comisión, enfocándonos en lo que tenemos delante y renunciando a nuestras vidas y a nuestros intereses, ¡para que el evangelio sea predicado en toda la tierra! Podemos escoger ser paralizados por el temor u ocuparnos de los asuntos de nuestro Padre, avanzando Su Reino fielmente de todas las maneras que podamos.

Ahora mismo, puede que no se vea a sí mismo en una posición para hacer mucho por el Señor, ¡pero eso es exactamente lo que el enemigo de su alma quiere que crea! A Satanás le encantaría que la Iglesia creyera que la proclamación del Evangelio y el ministerio de Jesucristo están en pausa mientras el coronavirus sigue avanzando; pero ¡eso no podría estar más lejos de la realidad! Jesús siempre está dos pasos por delante de Satanás, y tres los domingos. De hecho, ¡el avance del Reino de Dios está acelerándose!

Ahora estamos mucho más conectados a nuestras familias y seres queridos a través de las tecnologías modernas que tenemos. Eso sin mencionar que muchas personas se están dando cuenta de que sus horarios se han liberado durante este periodo, y ahora tienen más tiempo para la comunicación interpersonal y para reflexionar en lo que más nos importa a nosotros y al Señor: las personas. ¡El campo está listo para la cosecha! Le animo a preguntar al Señor cómo puede estar de servicio hoy en la brigada del Evangelio. Puede que haya alguien incluso bajo su propio techo que necesita conocer el amor de Jesús, o tal vez un amigo o familiar con el que no ha tenido tiempo de ponerse al día hasta ahora debido a su apretado horario. ¡Ahora es el momento de hacer esa llamada! ¡Hoy es el día de salvación!

Hay muchos ministerios que proclaman el Evangelio a través de la televisión y las redes sociales y eso hace posible que la semilla sea esparcida mucho más lejos. Finalmente, y por supuesto que no menos importante, ¡también puede orar! ¡Qué maravillosa oportunidad de encerrarse a solas con el Señor por un espacio de tiempo para buscar su rostro! Puede orar por la cosecha… “Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies” (Mateo 9:38). El Espíritu Santo me recuerda esto: nada que sea importante para el cielo ha sido aplazado nunca. Que seamos fieles y no temerosos, y que el Cordero reciba la recompensa por su sufrimiento.

Escrituras

Día 2

Acerca de este Plan

Inmune Al Temor – Semana 2

Ahora estamos mucho más conectados a nuestras familias y seres queridos a través de las tecnologías modernas que tenemos. Eso sin mencionar que muchas personas se están dando cuenta de que sus horarios se han liberado durante este periodo, y ahora tienen más tiempo para la comunicación interpersonal y para reflexionar en lo que más nos importa a nosotros y al Señor: las personas.

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Nos gustaría agradecer a CfaN Christ For All Nations por proporcionar este plan. Para mayor información por favor visite: http://www.cfanlatino.org/