Inmune Al Temor – Semana 2Muestra

Vestido para la batalla

La Biblia utiliza analogías militares para describir el modo en que los discípulos de Jesús deben prepararse para enfrentar los ataques del diablo, ya sea que lleguen en forma de temor, tentación, iniquidad, enfermedad o dolencia.

Pablo da un ejemplo famoso de esto en su carta a la iglesia en Éfeso: “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos” (Efesios 6:10-18).

En tiempos antiguos, un soldado en el Imperio Romano se ponía su equipamiento de batalla completo antes de enfrentarse al enemigo. Pablo explicó que, de la misma manera, nosotros también deberíamos estar vestidos con una armadura espiritual, preparados para cada batalla. Nuestra armadura espiritual tiene componentes tanto defensivos como ofensivos, diseñados para proteger nuestra vida espiritual. Cada parte de la armadura tiene un propósito específico y nos da una protección muy necesaria.

La salvación, la fe, la verdad, la justicia y la paz son cada una de ellas mucho más que simples virtudes cristianas; ¡son componentes de nuestro equipamiento para la batalla espiritual! Debemos tener estas virtudes tanto para ser buenos testigos de Jesús como para ser soldados efectivos en Su ejército. Somos los hijos de paz de Dios, pero también somos Sus hijos en tiempos de guerra. Eso significa que usted está destinado a enfrentar adversidades y también a ganar ¡porque Dios es su Padre! Proverbios 24:10 dice: “Si fueres flojo en el día de trabajo, tu fuerza será reducida”. Nos vestimos de salvación, fe, verdad y justicia para poder mantenernos firmes ante las armas que el enemigo levante contra nosotros.

¡Hay otra arma en nuestro arsenal que es la más efectiva contra el reino de la oscuridad! Es el arma más poderosa que la humanidad conoce, ¡y es la única fuerza capaz de derrotar a Satanás ahora y para siempre! ¿Ya ha adivinado de qué se trata? ¡Es la preciosa sangre de Jesús! La cruz fue la bomba termonuclear definitiva para los ejércitos del infierno. La sangre derramada de Jesús cambió para siempre la trayectoria de todas las batallas que hubo y que habrá jamás, ¡y declaró el triunfo completo sobre el reino de la oscuridad! Jesús ya ha ganado la batalla contra el infierno y la muerte, ¡pero depende de nosotros creerlo y alinearnos con esta verdad! “Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte” (Apocalipsis 12:11). Los únicos que tienen razones para temer son aquellos que inútilmente pelean en el lado oscuro. Sin embargo, nosotros estamos vestidos y listos para cada batalla, ¡sabiendo que ya hemos sido declarados vencedores mediante la poderosa sangre de Jesús!