¿Quieres ser feliz? ¡Deja de compararte!Muestra
La comparación: un obstáculo en el camino hacia la felicidad.
Un obstáculo que te impide poder valorarte tal cual eres es la comparación. Muchas veces caemos en el error de compararnos buscando ser como otros, deseando tener lo que tienen y lograr lo que lograron. No te auto-engañes creyendo que todo lo que ves a través de tu pantalla es real. Así como la joven que te conté aparentaba tener una vida perfecta, existen muchas personas rotas que pegan sus pedazos para tomarse una foto pero, cuando están solos, las grietas y roturas quedan expuestas.
Otro problema al compararnos es que observamos lo que el otro tiene y lo envidiamos por eso, sin saber cuánto tiempo o esfuerzo le tomó conseguirlo. «El césped puede ser más verde del otro lado de la cerca, pero aun así hay que cortarlo».
Podemos desear un título universitario ajeno, pero olvidamos que ese logro no vino gratis, sino que requirió años de estudio y sacrificio. Así también, podemos querer el trabajo, familia, casa, noviazgo o matrimonio ajenos. No te compares, no todos los tiempos y procesos son iguales. Gálatas 6:4 dice: «Presta mucha atención a tu propio trabajo, porque entonces obtendrás la satisfacción de haber hecho bien tu labor y no tendrás que compararte con nadie». Debes enfocarte en tu proceso, no en el del otro. Actúa con excelencia, da lo mejor de ti, y así no necesitarás compararte con otros.
«Quien quiera dirigir una orquesta, debe darle la espalda al público» (Max Lucado, escritor y predicador). Si quieres avanzar, desarrollarte al máximo y cumplir así con el propósito de Dios para tu vida, debes dejar de mirar a los demás y comenzar a mirar hacia delante. Te dejo algunos consejos prácticos para lograrlo:
1. No envidies lo que el otro logra. Aprende a estar feliz con lo que tienes mientras te esfuerzas por conseguir lo que quieres.
2. «Compárate con quien fuiste ayer, no con alguien más el día de hoy» (Jordan B. Peterson, psicólogo clínico, crítico cultural y profesor). Compárate contigo mismo, supérate y mejora cada día.
3. No busques la aprobación de los demás, solo busca la aprobación de Dios. Sigamos el ejemplo del Apóstol Pablo: «Queda claro que no es mi intención ganarme el favor de la gente, sino el de Dios. Si mi objetivo fuera agradar a la gente, no sería un siervo de Cristo”» (Gálatas 1:10, NTV).
«Sé tú mismo(a), todos los demás puestos ya están ocupados» (Oscar Wilde, escritor, poeta y dramaturgo).
Todos los días tienes la oportunidad de ser tú mismo, ¡aprovéchala!
Escrituras
Acerca de este Plan
¿Cuántas veces, por buscar la aprobación de los demás, nos perdemos de ser nosotros mismos? No estamos conformes con lo que tenemos y somos, porque anhelamos lo que otro tiene y es. Hasta que no comiences a verte como Dios te ve, no podrás ser feliz. En estos días veremos por qué la comparación es un obstáculo para alcanzar la felicidad, y qué podemos hacer para no caer en ella.
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