Un Hogar Libre De Deudas.Muestra

La viuda frente a todos sus problemas recurre a Eliseo, profeta y padre espiritual, el hombre de Dios de ese tiempo, y acudió a él esperando una respuesta.

La reacción más lógica que Eliseo podría haber tomado era orar por ella, darle una palabra de aliento, una bendición o una ayuda financiera. Sin embargo, Eliseo le va a responder de una forma inusual. No le da una solución mágica y tampoco recurre a otras personas para juntar dinero y ayudarla. ¡No! como hombre de Dios tiene la responsabilidad de soltar una Palabra que la eleve y que la levante para que pueda experimentar un milagro que la haga libre.

«Y Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite» (2° Reyes 4:2, RVR1960).

Tome en cuenta estas dos preguntas que Eliseo hace:

¿Qué haré yo? Con ella quería saber cuál era el enfoque que la viuda tenía y así identificar si iba a recibir la palabra de fe que estaba por soltar para su avance. También, intenta motivarla para que ella misma suelte por su boca lo que quería que suceda.

¿Cuál es su enfoque, cree realmente que la Palabra puede proveerle la salida hacia la victoria? Tome cada palabra y confiese con su boca que Dios abrirá puertas sobrenaturales para mostrarle la salida.

¿Qué tienes en tu casa? Eliseo quería saber si la mujer era capaz de ayudarse a sí misma diciendo: “Voy a tomar lo que está a mi alcance, por más pequeño que sea, porque Dios puede comenzar una etapa de milagros en mi vida”.

¡Identifique lo que tiene, siempre hay algo! Deténgase y piense, por qué enfocarse y hablar de lo que no tiene si en Cristo y en sus promesas lo tiene todo. ¡Hay suficiente poder para que lo que no está se manifieste! Crea en Dios, confíe, comience a caminar en fe, Dios será fiel.

Oración: Padre, sé que nunca estaré con las manos vacías. Tú me ayudarás a multiplicar todo lo que tengo. Gracias. En Tu nombre, amén.