La Crisis De La HumanidadMuestra

¿Qué es lo que está haciendo la crisis en estos días?

En Habacuc 1 leemos que Asiria había llevado a Israel cautivo y que reemplazaron la población de Israel con asirios; algunos israelíes se mezclaron y entonces se formó lo que el Nuevo Testamento llama la tierra de Samaria. El remanente que ha quedado fiel es Judá, el reino del sur, pero ahora se ha levantado otro poder mundial que se llama los caldeos, que vienen siendo los babilónicos que están a punto de invadir la ciudad de Jerusalén y llevarse cautiva a la población. El profeta de Dios está muy desesperado por causa de todo lo que está ocurriendo.

Es interesante porque la tradición judía dice que Habacuc es el hijo de la mujer sunamita, a quien Eliseo levantó de la muerte. Es muy inusual el nombre Habacuc, normalmente no se le pondría este nombre a un niño, ya que literalmente significa: “Adherirse a”. Entonces, el profeta Eliseo le dijo que se adhiriera, que se juntara con su mamá después de resucitar. Así que, las tradiciones de los rabinos judaicos dicen que Habacuc es ese niño y ahora él es profeta de nuestro Dios.

Esta breve obra se inicia con una penumbra, con sombras, y culmina con el brillo de la gloria. Comienza con un signo de interrogación y termina con un signo de admiración.

Habacuc es como un enorme "por qué". El motivo por el cual Dios permite el mal ha sido, a través de los siglos, una pregunta con la que se ha enfrentado toda mente que piensa y reflexiona.

Creemos que este libro es la respuesta a esa pregunta. ¿Corregirá Dios la injusticia que prevalece en este mundo? Bueno, esta obra intenta responder a ese interrogante. ¿Está Dios haciendo algo con respecto a los males, abusos y situaciones injustas que se cometen en este mundo?

La respuesta de este libro es que sí, que lo está haciendo.

Creemos que es posible reducir la duda de Tomás en el Nuevo Testamento, la duda de Habacuc en el Antiguo Testamento, y la del hombre contemporáneo a una sola interrogación: ¿Por qué? Esta es la pregunta fundamental de la raza humana. Cuando resumimos todas las preguntas a un mínimo común denominador llegamos, pues, a esta pregunta básica: ¿Por qué?

Podemos ver que el mensaje del profeta Habacuc es casi opuesto al mensaje del profeta Nahúm. En el libro de Nahúm, Dios estaba actuando con juicio, y la pregunta fundamental era: ¿Cómo podía Dios ser un Dios de amor y juzgar de la manera en que lo estaba haciendo? Aquí en el libro de Habacuc la pregunta fue más bien opuesta: ¿Por qué Dios no hace algo para remediar el mal de este mundo?

Dios nos da este hermoso pasaje de ánimo y de confianza ante nuestras dudas: "No temas, porque yo estoy contigo; no te desanimes, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, sí, te ayudaré, te sostendré con mi diestra justa" (Isaías 41:10).

Bendiciones y hasta pronto.