Esta es nuestra charla de SexoMuestra

Escrito por Audriana, 14 años, de Mt. Pleasant, MI, EE. UU.

Cuando estaba en cuarto grado, me desfogaba con mi madre sobre cómo algunos niños que estaban en mi grado y que no siempre eran tan amables. Y cada vez, ella sacaba un versículo de la Biblia que decía algo parecido a "Ama a tu enemigo" o "Ama a tu prójimo como a ti mismo". Y luchaba constantemente con esa idea. ¿Amar a tu enemigo? ¿Incluso si no son tan amables contigo? Pfft. Eso es una locura... Pero cuando crecí, me di cuenta de que si era más amable con la gente, sus groserías no me afectarían tanto. Aunque es difícil, amar a tu enemigo es la forma más sencilla de resolver este tipo de problemas. Sin embargo, amar a tus enemigos no es sólo para hacerte la vida más fácil. Porque amar a tu enemigo es algo más que ser amable. El amor es sincero e incondicional, lo que significa que no se basa en las acciones de una persona.

Este verano pasado fui a un viaje misionero a Tennessee con mi grupo de jóvenes donde se habló de lo que significa SEGUIR a Jesús, y no solo CREER en Él. Aquí es donde aprendí que el punto 1 que muestra que eres un discípulo de Jesús es mediante la forma en que le muestras amor a todos. Las personas deberían ser capaces de ver a Jesús en la forma en que tratamos a los demás y nos amamos unos a otros, sin importar la circunstancia o nuestra opinión personal sobre esa persona.

Así que mi desafío para ti es mostrar que eres un discípulo amando a todos los que te rodean y dejando que la luz de Jesús se extienda hacia aquellos que ves. Dedica algún tiempo hoy a pensar con qué personas de tu vida puedes hacer un mejor trabajo para mostrarles el amor genuino de Jesús.