¿Cómo Reaccionas Ante La Ofensa?Muestra
Así de maduro eres
Normalmente cuando alguien nos ofende la primera forma de reacción que tenemos es enojarnos y defendernos. La mayoría de las veces, sin darnos la oportunidad de razonar frente a lo que estamos haciendo. Esto demuestra lo inmaduros que somos y la falta de control propio que ejercemos; creemos que responder de manera inmediata y a la defensiva es la respuesta apropiada para combatir no la ofensa sino al ofensor. Primer error en el que caemos, recordemos que nuestra lucha no es contra carne y sangre, sino contra principados, potestades, gobernantes y huestes de maldad (Ver Efesios 6:12). Considero que ejercer dominio de nuestras emociones, en este caso del enojo, es una de las tantas pruebas que nos permiten confirmar qué tanto nos parecemos a Jesús.
Alguien puede llevar muchos años como cristiano, puede ser un siervo fiel, dedicado y muy usado ministerialmente. Sin embargo, no significa esto que por su recorrido tenga garantizado el carácter de Cristo. Este se adquiere no solo a partir del conocimiento sino de la práctica y del poner por obra lo revelado por la Palabra.
Como respondes ante la ofensa, así de maduro eres. Si pierdes los estribos fácilmente y lo primero que haces es atacar a quien te ha ofendido, intentando derribarlo a través de insultos, palabras ofensivas e hirientes, esa reacción solo denota que tu enfoque está en atacar a la persona y no en atacar la ofensa. Dando lugar a la discordia, los conflictos y la división. Si por el contrario, tu enfoque está en atacar lo que a través de la ofensa se pretende suscitar, vas a poder confirmar que lo que viene detrás de la ofensa es una gran oportunidad para crecer en el carácter de Cristo, para entrenar tus sentidos espirituales y discernir las obras perversas que pretenden dañarte y dañar a los demás. Ojalá hacer esto fuera tan sencillo como lo es escribirlo. Sin embargo, en definitiva, es una de las formas más certeras que tenemos como hijos de Dios, de morir a nosotros mismos para ser más como Cristo.
Responde y reflexiona con honestidad: ¿Cómo reaccionas ante la ofensa? Esa respuesta sincera es lo que marcará la diferencia a la hora de leer este plan, porque no tendría sentido que identifiques en qué estás fallando si no haces nada por empezar a cambiarlo. No olvides que la vida de un hijo de Dios sin frutos dignos de arrepentimiento es una vida seca y carente del propósito que nos vivifica "Cristo Jesús".
Escrituras
Acerca de este Plan
Sabemos que la Palabra de Dios nos revela el carácter de JESÚS y Él a su vez nos revela el carácter de nuestro PADRE. La Palabra que vamos a abordar en este plan nos llevará a entender cómo el enojo, aunque era parte de Jesús, no era algo que lo dominaba y lo llevaba a pecar. Sino más bien, un recurso que en el momento oportuno sabía administrarlo conforme a la voluntad del PADRE.
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Nos gustaría agradecer a Marysela Ocampo O. por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://facebook.com/confiadosenJesucristo