¿Cómo Reaccionas Ante La Ofensa?Muestra

Si te enojas fácilmente, pierdes

No importa cuántos años lleves como cristiano, cuánto conocimiento tengas de la Palabra y cuánta piedad ejerces ministerialmente hablando, etc, si te enoja cualquier cosa e inmediatamente actúas a la defensiva, con agresividad e impulsividad atacando a las personas, vives en riesgo constante de pecar. Fácilmente vas a ser utilizado por tus emociones para dañar a los que hay a tu alrededor, fácilmente vas a caer en las trampas que el enemigo está presto a tenderte para que pierdas los estribos y termines haciendo como él quiere ante cualquier situación. Aquí valdría la pena entonces reflexionar en esta pregunta: ¿Quién me domina, las emociones o el Espíritu de Dios?

Enojarte no está mal, enojarte por cualquier cosa todo el tiempo sí lo está. De hecho, el enojo es un recurso útil de supervivencia que tenemos y que podemos usar en nuestro favor y en favor de otros en muchas circunstancias. Un claro ejemplo está en las Escrituras, cuando Jesús entró al templo, al ver que la casa de Dios estaba convertida en una cueva de ladrones, usó el enojo de manera asertiva y acertada para hacerles saber lo equivocados que estaban; sin embargo, no pecó, aunque estaba muy enojado. Su enojo estaba siendo bien administrado y tenía una causa justa delante del Padre; al igual, que en aquellas ocasiones en las que llamó a los fariseos "hipócritas, sepulcros blanqueados” y otras cosas que a los ojos de una persona que no tenga el Espíritu Santo, son palabras ofensivas e hirientes, pero vaya sentido de justicia, verdad, amor y revelación el que hay en cada una de estas expresiones.

A lo que voy es que a Jesús no lo enojaba cualquier cosa, era un hombre con control propio, inteligente y sabio para comportarse. Él no se defendía ante las ofensas cargadas de engaño y perversidad ejercidas por las personas que constantemente lo acusaban, lo señalaban y lo querían matar, ni siquiera se enojaba por eso porque sabía perfectamente quién era delante del Padre. Sin embargo, con gran celo reaccionaba al momento de demostrar la justicia de sus Palabras y la voluntad que el Padre tenía con Él, en favor de un mundo caído, totalmente inmerecedor de tanta gracia.

Si te enojas fácilmente, por cualquier cosa, estás en constante peligro; eres tú quien sale perdiendo, eres tú quien queda en ridículo, porque cuando el enojo controla a una persona es como quien tiene mal aliento, todo el mundo lo sabe pero no lo reconoce quien está bajo su dominio, no solo haciéndose daño así mismo sino también a los demás.

¡Atención a esto! Algunas veces el avance hacia los propósitos que Dios tiene para tu vida puede verse truncado por no dejar atrás tu engañoso y peligroso carácter. Aunque intentas avanzar si observas bien, puedes estar estancado en el mismo punto y todo por tu mala actitud, por tu falta de arrepentimiento y por tu falta de compromiso con el cambio que debes empezar a ejercer. La falta de control de las emociones es un arma que todo el tiempo apunta en contra tuya y en contra del avance que Dios quiere que tenga tu ministerio y los propósitos que tiene para ti, ojo, no en favor tuyo, sino principalmente en favor de otras personas para gloria de Su nombre.