Cuidado Con Esas VocesMuestra

“Cuidado Con Esas Voces”

Cuidado con esas voces a las que das lugar, no te dejes envolver por su sonido que envuelve poco a poco tus sentidos, tus emociones, tus sentimientos y tus pensamientos; porque entonces, terminarás siendo dominado por la voluntad del artífice que está detrás de esas voces, el enemigo.

Es curioso y sé que lo hemos escuchado una y otra vez: ¿Por qué en ocasiones, creemos más fácil lo que el enemigo habla, a lo que Dios nos dice? Lo más lógico sería que el poder de Dios que mora en nosotros nos domine por completo. Sin embargo, la realidad es que en muchas ocasiones nuestra naturaleza caída da lugar y autoridad al enemigo para que nos enrede en sus mentiras y sus engaños y terminemos creyendo más lo que él nos susurra al oído que aquello que tenemos por garantía se va a cumplir, porque es Dios mismo quien nos lo dice.

El reconocer que se nos dificulta escuchar la voz de Dios; reconociendo también que la principal causa es porque no estamos permanentemente en conexión con Él a través de Su Palabra y de la oración, nos da la posibilidad de despertar a Su alerta para alinearnos en la dirección correcta y de esta forma entrenarnos en discernimiento para identificar cuándo nos habla Él y cuándo nos está hablando el enemigo; entendiendo que el contenido de lo que escuchemos de parte de Dios, siempre nos catapultará en fe en Jesús para perseverar en su voluntad buena, agradable y perfecta; mientras que el contenido de lo que el enemigo utiliza para hablarnos, siempre nos pretenderá desenfocar de la voluntad de Dios y nos llevará a destrucción.

¿Cómo podríamos confirmar cuándo escuchamos la voz de Dios realmente? Cuando Él habla, siempre te da paz y te lleva a poner tu mirada en Su Hijo Jesús, te infunde temor y lo único que vas a querer hacer, es aquello que te permitirá dar gloria a Su Nombre. Sabemos que la manera de darle gloria es cuando nos parecemos más a Jesús, cuando hacemos como Él; es decir, la voz de Dios siempre nos llevará a permanecer en obediencia a Su voluntad.

Cuando el enemigo habla, por más dulce y bonito que pueda escucharse, por más verdad que parezca; puedes discernir que hay algo en el fondo de eso que escuchas que va en contra de la voluntad de Dios, normalmente el enemigo te lleva a poner tu confianza en ti mismo o en otra persona por quien te dejas impresionar; él te puede llevar a creer que puedes lograr todo lo que te propongas, a olvidar de quién dependes y de dónde viene tu respaldo. Normalmente, lo que el enemigo te susurra busca dañarte a ti y alguien a tu alrededor; su voz ministra amargura, desánimo, acusación, señalamiento, culpa, condenación, pusilanimidad, oscuridad, muerte; él siempre pretenderá anular la identidad que tienes en Cristo Jesús. Dios nuestro Padre, agudice nuestro discernimiento para poder identificar las artimañas del enemigo y evitar en el poder que tenemos en el Espíritu, caer en su red.

La mejor arma que podemos tener en contra de las artimañas del enemigo es la Palabra de Dios, la Palabra de Dios siempre nos llevará a Cristo y Cristo nos llevará siempre a hacer conforme nuestro Padre quiere.