Viviendo en El IntermedioMuestra

¿Alguna vez has sentido que no eres lo suficientemente ______________?

Todos podemos insertar una palabra diferente en el espacio en blanco, todos tenemos inseguridades. ¡Dios sabe que es verdad! Él no invita a personas perfectas a Su gran historia; llama a personas regulares e imperfectas y las prepara para Su obra. Es un plan increíble: ¡utiliza a la gente común de formas extraordinarias para Su gloria!

Uno de los mejores ejemplos de Dios usando a alguien que lucha con la inseguridad es Moisés. En Éxodo, lo encontramos viviendo desesperado en el desierto como el peor hombre por haber matado a alguien. Tenía 80 años y pensaba que su vida había terminado. ¿Qué iba a hacer Dios con un ex príncipe de Egipto que ahora trabajaba como un humilde pastor?

Entonces, un día, un arbusto cerca de Moisés pareció incendiarse. Desde la zarza, Dios le habló a Moisés y lo llamó a una obra muy importante: ¡Sacar al pueblo de Dios de la esclavitud a la libertad! ¡Todas las inseguridades de Moisés salieron a la luz, y él le dijo a Dios sus temores y debilidades (como si Dios no los supiera ya)!

Moisés sintió que no era suficiente, pero Dios lo había llamado. Dios creyó en Moisés y prometió ayudarlo a llevarlo a cabo si Moisés confiaba en El y obedecía Sus instrucciones. ¡Y eso también es cierto para nosotros! Cuando nos sintamos asustados o inseguros, ¡no olvidemos que Dios está obrando! Dios nos conoce y nos ama, aunque nos equivoquemos o nos quedemos cortos.

Puede que te sientas asustado hoy. Es posible que te sientas inseguro. Y eso te pone en buena compañía con personas como Moisés. Pero esos sentimientos no asustarán a Dios. Él te ama y te está llamando a una relación más fuerte con Él. Y quiere incluirte en la gran historia de gracia y amor que le está escribiendo al mundo.

Considera: ¿Por qué Moisés le dijo a Dios sus temores e inseguridades? ¿Cambiaron esas cosas la mente de Dios o el llamado de Dios? Como Moisés, nuestra parte en la gran historia de Dios nunca termina.

Reflexiona: ¿Alguna vez has sentido el tirón en tu corazón cuando Dios te estaba llamando a hacer algo? ¿Qué miedos e inseguridades sentiste? ¿Decidiste confiar en Dios de todos modos?