Devoción De Grupo De AlabanzaMuestra

Escritura

Venid, celebremos alegremente a Jehová: Cantemos con júbilo a la roca de nuestra salud. Lleguemos ante su acatamiento con alabanza; Aclamémosle con cánticos (Salmos 95:1-2).

Resumen

Los partidos de fútbol, los conciertos y las fiestas demuestran que los seres humanos sabemos hacer mucho ruido cuando estamos emocionados. ¡Muy ruidosos! Y, sin embargo, cuando venimos a adorar a nuestro Salvador, podemos tender a ser reservados... tal vez incluso desinteresados. ¿Por qué? Dos veces en este pasaje, David nos ordena hacer un RUIDO ALEGRE al Señor. Un ruido alegre debe ser fuerte y animado. Debe explotar con pasión y entusiasmo. Debe haber gritos, vítores y sonidos de celebración. ¿Por qué? Porque Dios nos dio la vida... Él nos da aliento... Él derrama bendición sobre bendición. Sobre todo, Él entregó Su vida para salvarnos del Infierno y darnos una existencia eterna en el Paraíso de Dios. Por todo esto, ¡deberíamos GRITAR de alegría! Más alto y con más entusiasmo que en cualquier partido de fútbol, concierto o fiesta. Verdaderamente, ¡Dios es digno!

Preguntas de discusión

1. ¿Cuáles son los signos externos de un grupo de personas entusiasmadas?

2. ¿Por qué no podemos ver la emoción de lo que Dios hizo (y hace) por nosotros?

3. ¿La alabanza de nuestra iglesia se inclina más hacia lo ruidoso y excitado o hacia lo tranquilo y reverente?

4. ¿Cómo podemos ayudar a nuestra iglesia a crecer en la obediencia a este mandamiento de hacer un ruido alegre?

5. ¿Algún otro pensamiento, comentario, idea o pregunta que quieras compartir?

Oración de clausura

Señor, perdónanos que estemos más emocionados animando a un equipo de fútbol que a nuestro Salvador. Perdónanos que no veamos el valor y la valía de todo lo que has hecho. Ayúdanos a comprender lo increíble que eres y lo gloriosa que va a ser nuestra futura redención. Ayúdanos a estar llenos de entusiasmo y gratitud por ello. Enséñanos a gritar de alegría sin vergüenza. Ayúdanos a adorarte como te mereces. En el nombre de Jesús, amén.