Dependencia en la provisión de Dios

Jesús había estado en el desierto y tenía hambre. El diablo le propuso que hiciera pan de las rocas.

Pero, ¿qué tiene de malo comer un poco de pan? Jesús en Su ministerio iba a crear pan de la nada -- no una vez, sino DOS veces (Mateo 14 y 15). ¿Era pecado que lo hiciera en el desierto?

No, el problema no era el pan en sí, era una cuestión de dependencia en la generosidad de Dios.

Satanás, con su tentación, estaba diciendo: “Si realmente tienes autoridad, satisface tus necesidades por tu cuenta". Pero que el Espíritu le había llevado al desierto, y Jesús no iba a tomar asuntos en sus propias manos - iba a permitir que Dios le muestre cuando este periodo de prueba se acabó.

Como vimos en el pasaje en Salmos, Israel constantemente quería tomar las riendas, asumiendo que Dios no iba a ser fiel en protegerlos. Crearon sus propios dioses (Éxodo 32), extrañaban su vida en esclavitud (Números 11), ¡y hasta planificaron un regreso a Egipto! (Números 14).

Para Jesús esta tentación era una cuestión de dependencia. El Espíritu le trajo al desierto. El Espíritu le iba a llevar de ese lugar. Jesús tenía que permitir que el Espíritu viera por Sus necesidades.

Dios sabe que tenemos necesidades. El problema no son tus necesidades, son la manera en que vas buscando cumplirlas. Lo que hace atractiva esta tentación es un miedo de que Dios no es generoso, no va a ver por mí. Es como si dijéramos: “¡Dios sabe que tengo hambre, y solo veo piedras alrededor!”.

¿Puedes agradecer a Dios por las cosas que tienes?

Si no puedes sinceramente agradecer a Dios por algo, es posible que no vino de su mano. Quizás tomaste las cosas a tu manera, independiente de Dios.

Preguntas de reflexión

• ¿Cuál es una necesidad o deseo que tienes que Dios aún no ha satisfecho?
• ¿Qué historias, dudas o miedos te impulsan a creer que tus necesidades no serán satisfechas por Dios?
• ¿Crees en un Dios generoso que está al tanto de tus necesidades?