La Postura de Nuestros CorazonesMuestra
HONESTIDAD ANTE DIOS
He pasado innumerables y agotadoras horas en mi fugaz vida trabajando para mostrarme como una persona que sé que no soy. Ya sea en las relaciones con amigos, familiares, mi cónyuge o Dios, me encuentro constantemente creando una fachada para mí mismo que espero que a los demás les guste más de lo que realmente soy. Temía que, si realmente me abría a los demás y me rechazaban, no me quedaría nada. Si soy plenamente yo mismo, ¿seré suficiente?
Hebreos 4:13 dice: “Ninguna cosa creada escapa a la vista de Dios. Todo está al descubierto, expuesto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas”. Pasajes como estos solían asustarme mucho. La idea de que un Dios Todopoderoso, Omnisciente y perfectamente Santo sabía todo lo que había hecho era demasiado invasiva para mí. Si ni siquiera podía tener el coraje para ser verdaderamente yo mismo con los hombres, ¿cómo podría manejar estar “descubierto, expuesto” con mi Padre Celestial?
Solo cuando comencé a experimentar el poderoso y abrumador amor de mi Padre Celestial, estas construcciones frágiles y falsas comenzaron a desmoronarse ladrillo por ladrillo, mentira tras mentira. El proceso por el que Dios nos lleva a quitar el velo de nuestros corazones muestra Su perfecta bondad, paciencia y búsqueda de nosotros. Él espera que nos presentemos ante Él abierta y honestamente y nos invita pacientemente con Su amor; Dios nos acepta tal como somos, siempre y cuando no seamos falsos con Él. Tan pronto como el hijo pródigo regresó a casa en una postura de humildad y honestidad, fue inmediatamente abrazado, aceptado y se le ofreció una relación íntima con su Padre una vez más.
Es absolutamente vital que busquemos la honestidad ante Dios porque Él no abordará lo que no es verdad. No intentará ni ayudará a una falsa proyección. Él no se encontrará con lo que realmente no existe. Brennan Manning escribe en su libro Abba’s Child (El Hijo de Abba): “El falso yo está frustrado porque nunca oye la voz de Dios. No puede hacerlo, ya que Dios no ve a nadie allí”. Thomas Merton dice sobre el falso yo: “Este es el hombre que quiero ser, pero que no puede existir, porque Dios no sabe nada de él” [Merton’s Place of Nowhere. (El Lugar de Ninguna Parte de Merton), James Finley].
Ser honestos ante Dios es invitar a un Padre perfectamente amoroso, poderoso y lleno de gracia a los sitios de nuestras vidas que más lo necesitan. Él desea que lo dejemos entrar en las heridas que trabajamos tan incansablemente para encubrir. Él anhela sanar y transformar los lugares más oscuros y duros de nuestros corazones que hemos escondido en un suelo fértil que puede dar el fruto de Su Espíritu. Él quiere conocernos completamente, de todas las maneras posibles, para que podamos experimentar las profundidades de Su amor poderoso y transformador.
Tómate un tiempo en la oración guiada para abrir verdaderamente tu corazón a Dios y ser honesto. Cuéntale tus dudas, miedos y fracasos. Abre las partes de tu pasado en las que has trabajado tan duro para encubrirlas, y deja entrar a Su amor para que puedas experimentar la sanidad en Su poderosa presencia.
Guía de Oración
1. Medita en la importancia de ser honesto ante Dios. Pídele al Espíritu Santo que te llene de valor para ser vulnerable ante Dios con fe.
“Ninguna cosa creada escapa a la vista de Dios. Todo está al descubierto, expuesto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas” Hebreos 4:13.
“¿Acaso Dios no lo habría descubierto, ya que él conoce los más íntimos secretos?” Salmo 44:21.
2. Abre tu corazón a Dios y sé verdaderamente honesto con Él. ¿Cómo te sientes ahora? ¿Cómo has actuado hacia Él? Pídele al Espíritu Santo que revele cualquier lugar de tu corazón que esté velado y que has mantenido entre sombras.
3. Pídele a Dios que te ayude a recibir Su amor en las áreas de tu corazón que lo necesitan desesperadamente. Ábrele los lugares de tu pasado que te han atormentado durante tanto tiempo. Pregúntale cómo se siente con respecto a ti para que puedas recibir sanación.
“Restaura a los de corazón quebrantado y cubre con vendas sus heridas” Salmo 147:3.
Escrituras
Acerca de este Plan
La bondad de Dios sobre nuestras vidas supera con creces cualquier cosa que hayamos experimentado. Solo hemos chapoteado en las aguas poco profundas del profundo amor y la misericordia de Dios. Para sumergirnos más profundamente en la plenitud de la vida disponible para nosotros, debemos aprender cómo posicionar nuestros corazones.
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Nos gustaría agradecer a First15 por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.primeros15.org/