Pulverizando los miedosMuestra
Miedo a la soledad.
¿Mencioné que pasé por ese miedo, cierto? En mi caso era el temor a no encontrar a mi media naranja. Tal era ese temor y afán de conseguir novia en una época de mi vida que incluso llegué a ir a una especie de cita a ciegas... no solo pasa en las series de televisión. Hace tiempo le comenté a mi esposa ese episodio, y de vez en cuando me lo recuerda en tono de burla. A esa época le llamé "tiempos de desubicación" (que bueno que no existían algunas aplicaciones de citas en aquel entonces...). Suena gracioso, pero repito, detrás de eso estaba el miedo a la soledad.
Por lo que observo y escucho frecuentemente, este miedo a no encontrar a esa persona especial, o a perderla, es algo más común de lo que parece. Hay jóvenes solteros que creen que necesitan encontrar pareja ya y casarse tan rápido como puedan, esa precipitación se debe al miedo a quedarse solos, ya que creen que a cierta edad están demasiado grandes y "se les pasará el tren". Tristemente conozco historias de personas que por apurarse en ese tema tuvieron que pagar el precio de un divorcio. Por otro lado, hay personas en relaciones de noviazgo que están dispuestas incluso a perder su dignidad para retener al novio (a), y he sabido de casados que viven con el miedo a que su cónyuge las abandone, esto para nada es saludable; vivir con ese miedo no es vivir la clase de vida que Dios ha pensado para sus hijos.
Entonces, ¿cómo hacerle para poder estar tranquilos en ese aspecto ante tanto bombardeo mediático y social de encontrar a rápido a la persona indicada?. La clave es apropiarte de las promesas de Dios, y creerlas firmemente.
En Génesis 2:18 se registra que Dios dijo: "No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él". Aunque esa declaración fue para el primer hombre creado, es una promesa que aplica para tí hoy en día, seas hombre o mujer: Dios tiene una persona idónea para ti. ¡Créelo!. Claro que esa persona no te llegará por encomienda a la puerta de tu casa en un horario que precisamente te encuentres ahí para recibirla. A cada uno le corresponde hacer lo que debe, y eso no es andar como deseseperado buscando aquí y allá, sino ser sabios, responsables en nuestra vida, en el llamado o propósito que Dios nos ha entregado, así como prepararnos para ser esa persona idónea para alguien. Es cierto que existe una excepción a la regla, es decir, Dios puede llamar a una vida en soltería a personas específicas, pero eso es con un plan muy particular de su parte y para ello le otorga la capacidad de estar contentos con ello. El Apóstol Pablo le llama don de continencia (1ª de Corintios 7:9).
Por otro lado, cuando uno está en una relación, sea noviazgo o matrimonio, para no vivir con ese miedo de que vamos a ser abandonados por la persona amada, necesitamos desarrollar una sana autoestima. Esto viene de conocer quienes somos para Dios y cuál es el valor que Él nos ha asignado. De nuevo, veamos algo que escribió Pablo: "Por la gracia que se me ha dado, os digo a todos vosotros: Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado"(Romanos 12:3 NVI).
Moderación es: no más alto, pero tampoco más bajo, es decir, ten un concepto equilibrado, una autoestima sana. Tienes una dignidad como persona, y no debes renunciar a ella por temor a perder a alguien. Vales tanto que Jesús dio Su vida por ti, ese es tu valor asignado. Así que, ¡vive libre de ese miedo! Ojo, no estoy haciendo una defensa ni justificación del divorcio, solo digo que se puede vivir libre de ese temor.
En conclusión, haz tuyas las promesas de Dios, ponte a hacer lo que ya sabes que Dios quiere que hagas, o si no lo sabes, busca primeramente cuál es ese propósito de parte de Él; crece en tus áreas de oportunidad, sé responsable con lo que tienes (dones, talentos, trabajo, servicio a Dios), y así estarás preparando el terreno para encontrar a esa persona idónea para ti.
Aprende a valorarte, confía en que Dios tiene planes buenos para ti, y vive libre del miedo a la soledad, ya que, pase lo que pase, Dios siempre estará contigo.
¡Hasta mañana!
Escrituras
Acerca de este Plan
Todos hemos tenido miedo alguna vez. Esto puede ser normal, pero lo que no debemos aceptar como normal es que el miedo nos domine, nos detenga, o nos impida alcanzar los planes que Dios tiene para nosotros. En este plan de 7 días escribí sobre algunos miedos en particular y cómo poder vencerlos, con la ayuda de Dios, aplicando Sus principios y apropiándonos de promesas que Él ha dado.
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Nos gustaría agradecer a Adan Medellin por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.twitter.com/adan_633