Perdidas en Lo InciertoMuestra
Cuando todo pinta a lo seguro
Me encanta cuando todo va bien, cuando me siento segura, cuando estoy cómoda en algún lugar o me encuentro con personas que amo. La comodidad es algo que me atrae y me gusta. Sin embargo, muchas veces, ella me priva de aventuras, viajes, conocer personas nuevas y descubrir cosas. Pero, más que nada, siento que la comodidad, por más buena que sea, me priva de lo que Dios tiene para mí.
La zona de confort es como un abrigo que nos hace sentir seguras, protegidas y que tenemos todo bajo control. La comodidad nos hace la vida más fácil y menos estresante, pero, poco a poco, perdemos la sensibilidad ante los pequeños detalles del día a día y olvidamos los sueños que llevamos dentro, por pereza o por miedo a lo desconocido. Dentro de la psicología, la comodidad o la zona de confort es conocida como un estado mental y, a la vez, como un comportamiento en el que la persona se impone a sí misma límites, adoptando un estilo de vida determinado a fin de evitar la ansiedad, la presión o el riesgo. Dentro de la Biblia, la comodidad es conocida, muchas veces, como miedo. Sabemos que Dios nos llama a algo, pero, simplemente, hacemos la vista gorda o, lo que es peor, nos conformamos con lo que ya pasó y nos quedamos justo en donde estamos.
Como mujeres, en ciertas ocasiones de la vida, nos encontramos en un lugar cómodo, del que no quisiéramos salir nunca. La comodidad nos da una pizca de seguridad, de que todo está y seguirá estando en orden. Nos encanta tener el control, sentir que nada se nos escapa de las manos, que todo está en su lugar.
Nuestra zona de confort puede ser quedarnos en casa, rodearnos siempre de las mismas personas, ir a la iglesia únicamente los domingos, ver las mismas películas una y otra vez, no crear nuevos proyectos, depender de alguien más, ya sea en lo emocional o espiritual, quedarnos en el mismo trabajo, etc. Hay diversas formas en que creamos una zona cómoda y cálida, en donde tenemos el control y no necesariamente tenemos que arriesgarnos a lo desconocido.
Al llegar a este punto en nuestras vidas, tendemos a llenarnos de orgullo, apatía y egoísmo. De a poquito perdemos la sensibilidad y miramos el mundo con asco, desprecio o aburrimiento. La comodidad al principio está buena, porque tenemos, aparentemente, todo y nos sentimos plenas. La comodidad nos da seguridad, porque dentro de ella no existen las aventuras. La comodidad nos protege, porque en ella no hay decisiones que conlleven ciertos riesgos. La comodidad está buena, pero nos priva de vivir en fe.
Un ejemplo claro de ello es Ester. Desde muy jovencita, ella tuvo que elegir entre la comodidad o lo desconocido. Además, poco tiempo después de que ella ascendió como la reina de Persia, tuvo que elegir entre arriesgar su propia vida por su pueblo y actuar por fe o, simplemente, quedarse tal cual estaba, en su zona de confort y olvidándose de dónde la sacó Dios. Ella, evidentemente, eligió buscar a Dios y arriesgarlo todo. Tuvo miedo, de seguro que sí. No le gustaba la idea, de seguro. Tuvo que dejar su “yo” a un lado, pero valió la pena.
La vida es así. Hay momentos llenos de certidumbre, seguridad, confianza y mucha comodidad, sobre todo. Pero también llegan momentos cuando nuestra fe debe ser puesta en marcha; cuando, obviamente, nos va a costar perder el control de la situación, pero también estoy segura de que valdrá la pena. Es lindo vivir en fe, porque nos permite descansar. Vivir en fe es saber que Dios tiene el control, que Él es el mejor capitán, que nos guía a un puerto seguro. Vivir en fe es darlo todo, solo porque sabemos en quién hemos puesto nuestra confianza.
Reflexiona
- La vida que tengo, ¿la vivo dentro de la comodidad o en fe?
- Escribe tus miedos en un papel y haz una oración. Entrégaselos a Dios, descansa en Sus promesas y, más que nada, disfruta del viaje.
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Escrituras
Acerca de este Plan
Creo que la vida está llena de contrastes, momentos altos y bajos, días soleados y otros de lluvia. Independientemente de la edad que tengamos, y las mujeres aún más, atravesamos por diversas transiciones que nos producen incertidumbre, agregando a ello una horrible inquietud en nuestro interior. En este plan encontraremos herramientas que ayuden a lidiar con ello y a encontrarnos con Dios y nosotras mismas en medio de lo incierto.
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Nos gustaría agradecer a es.jesus.net por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://es.jesus.net/un-milagro-cada-dia/?utm_campaign=amed&utm_source=Youversion&utm_medium=referral&utm_content=Perdidas-en-Lo-Incierto