Espejos en la Casa de DiversiónMuestra

Jesús nos llama a salir de una vida y entrar en una nueva. Y eso puede significar dejar ir algunas cosas para que puedas aferrarte a una nueva identidad en Jesús.

Tomemos a los discípulos, por ejemplo. Hasta que conocieron a Jesús, eran pescadores. Pero con una simple palabra: “Sígueme”, Jesús los sacó de sus zonas de comodidad y transformó a esos pescadores en pescadores de hombres. Jesús usó algo en lo que eran buenos (pescar) para llamarlos a un propósito más alto y más grande: caminar con Él y atraer a otros al Reino de Dios.

De la misma manera, Jesús nos invita a responder a su mandato de “Sígueme” y acompañarlo en un camino de discipulado. Abrazar la vida con Jesús puede significar alejarte de tu zona de confort para poder seguir el propósito que Dios te ha dado.

Los discípulos lo dejaron todo para seguir a Jesús. Pero, ¿cómo es el discipulado para nosotros ahora? Significa conocer a Jesús leyendo Su Palabra, orando y viviendo en comunidad con otros creyentes. Cuando lo seguimos, podemos estar seguros de que nos acercaremos más a Jesús y viviremos nuestra identidad como hijos de Dios. Al igual que los discípulos, ¿seguirás a Jesús en un viaje de discipulado, confiando en que te ama y tiene un propósito mayor para tu vida?

Considera:

• ¿A qué renunciaron los discípulos para seguir a Jesús?
• ¿Qué ganaron?

Reflexiona:

En tu propia vida, ¿Ganar a Jesús es mejor que cualquier cosa que tengas que perder para seguirlo? Si seguir a Jesús significara perder tu reputación o tu grupo de amigos, ¿aún responderías “Sí” a su llamado de “Sígueme ”?