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Así como los atletas condicionan y entrenan para sus deportes, las disciplinas espirituales nos condicionan y entrenan para salir al mundo y reflejar el amor de Dios a los demás.

Entonces, ¿dónde empezamos? Tres disciplinas espirituales esenciales se enfocan en las formas en que podemos crecer en nuestra relación con Dios: buscar, leer y orar.

Primero, debemos buscar a Dios y confiar en que, cuando lo hagamos, lo encontraremos. Eso significa que cuando tenemos preguntas y dudas, no las ignoramos ni miramos al mundo en busca de respuestas: buscamos a Dios. Llevamos nuestras preguntas a Su presencia y le pedimos que nos muestre las respuestas.

Luego, podemos aprender y escuchar a Dios hablar a través de Su Palabra. Aunque leer la Biblia puede parecer intimidante al principio, podemos pedirle a Dios Su ayuda para entenderla mejor. Podemos unirnos a estudios bíblicos y grupos donde leemos la Biblia juntos y la aplicamos a nuestras vidas.

Y finalmente, podemos hablar con Dios en oración. Llevamos nuestras alabanzas, agradecimientos, preocupaciones, temores y peticiones a Dios, sabiendo que podemos hablar con Él sobre cualquier cosa porque es nuestro Padre Amoroso.

Al buscar a Dios a través de la lectura de la Biblia, la oración y la vida en comunidad con otros creyentes, podemos acercarnos más a Jesús y vivir nuestra identidad como hijos de Dios.

Considera:

¿Qué disciplinas espirituales te resultan fáciles? ¿Cuál(es) encuentra(s) más desafiante(s)?

Ora:

Ora por algunas áreas específicas en las que deseas la transformación y confía en que Dios te ayudará fielmente a vivir tu identidad en esas áreas mientras buscas, estudias, y oras.