ReconectandoMuestra

“Volviendo nuestra mirada”

Los episodios más difíciles de nuestra vida suceden cuando intentamos alejarnos de Dios.

Un claro ejemplo lo tenemos en un particular personaje bíblico y en una parábola muy conocida, cargados de perdón, amor y restitución: “Jonás” y el “hijo pródigo”. Jonás intentaba huir de la presencia de Dios porque decidió ir en otra dirección que no era la que Dios le había ordenado. Las consecuencias fueron casi catastróficas, no solo para Jonás, sino para la tripulación del barco donde se encontraba. Luego de ser tragado por ese gran pez empezó a experimentar arrepentimiento por las malas decisiones que había tomado al dejarse guiar por un corazón orgulloso y egoísta. Muchas veces las consecuencias de nuestros actos no solo nos alcanzan a nosotros, sino también a los que nos rodean.

En Lucas 15:11 vemos que sucedió algo parecido a la historia de Jonás. En la parábola del hijo pródigo, leemos que el hijo menor se va de casa con la parte de la herencia que le correspondía, pero Dios permitió una hambruna en aquella ciudad solo para moverlo nuevamente a casa de su padre. Este hijo pródigo regresó buscando solo misericordia y perdón, pero fue restituido por completo.

¿Puedes ver cómo hay un patrón que se repite cuando tomamos malas decisiones, o hacemos lo contrario a Su voluntad yendo a lugares donde Dios no nos ha enviado? Ten la seguridad de que Dios nos hará volver a Su propósito inicial para mostrarnos tres cosas: 1. Su Poder, 2. Su Soberanía y 3. Su Fidelidad.

Quiero mostrarte 6 pasos para volver la mirada hacia Dios, según Lucas 15:17-24:

1) Despierta: “…Y volviendo en sí…”.

2) Decide: “…Me levantaré e iré a mi Padre…”.

3) Reconoce: “…Y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti…”.

4) Vuelve: “…Y levantándose vino a su Padre…”.

5) Eres amado: “…Y cuando aún estaba lejos, lo vio su Padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó…”.

6) Eres restituido: “…Traigan la mejor túnica que haya en la casa y vístanlo. Consigan un anillo para su dedo y sandalias para sus pies…”.