Jesús transformaMuestra
Cambia el curso de nuestra vida.
Cuando Jesús transforma, nos limpia de nuestros pecados. Tenemos un verdadero arrepentimiento de cosas que hemos hecho. Vemos que el publicano, la opinión pública determinó que Mateo no era digno, pero no es la gente que determina. Sí eres digno de venir ante la presencia de Dios. Jesús dijo:“Misericordia, no quiero sacrificio”. Vino a llamar a los pecadores al arrepentimiento. Si de verdad deseas tener una relación con Jesús, Él te llama. No hay nada tan grande que has hecho que no puede ser perdonado, siempre y cuando haya arrepentimiento, una entrega (como Mateo). A veces, nos sentimos indignos de ser llamados. Pensamos: “Pero ¿yo en un encuentro con Jesús? No me lo merezco”, y es cierto, pero esa es la gracia. Solo Jesús transformó a Mateo. No hay corazón tan duro para el Espíritu de Dios y la gracia de nuestro Señor Jesucristo. Pedro tuvo un encuentro con Jesús en el trabajo; así es también con nosotros. Podemos tener ese momento transformador en cualquier momento. Pedro tuvo su duda, pero Jesús tuvo que transformar su mente y, cuando Pedro vio la pesca milagrosa, el destino de Pedro fue transformado. Me puedo imaginar a Pedro decirse a sí mismo: “Si con Jesús podemos en lo natural tener tanta pesca, en lo espiritual ni me lo puedo imaginar”; y Pedro dejó todo. Ya la mirada de Pedro no estaba en el mar. Si hay una vida que fue transformada grandemente fue la de Pablo; tuvo un encuentro con Jesús cuando era Saulo. No solo cambió la vida de él, sino de las naciones; su nombre fue cambiado. A través de ese cambio, pudo alcanzar a los gentiles; su conocimiento fue cambiado. Todo lo que sabía y creía, ya no lo era. Él era criatura nueva y las cosas ocultas fueron reveladas. Saulo tuvo su encuentro con Jesús en el lugar menos pensado; en cambio a Damasco, en una jornada. Así es con nosotros. Puede ser en cualquier momento porque para Dios no hay límite y no estamos fuera de Su alcance. Dice que la luz lo rodeaba, no era una luz solo en su cara, sino su ser completo. Hubo una reacción física, tembló. Nuestro cuerpo reacciona a la presencia divina. Pero no solo eso, Saulo se postró porque el cuerpo reacciono así. Ya no se trata del “yo”, sino de Jesús. Dice que Saulo oyó una voz, a veces es así. Tenemos que dejar de mirar y solo cerrar los ojos, y escuchar Su voz; y nuestra vida cambia por completo.
Escrituras
Acerca de este Plan
Cuando tenemos un verdadero encuentro con Jesús, nuestra vida nunca vuelve a ser igual. Todo nuestro ser es transformado en algo nuevo, algo inexplicable. Todo pensamiento viejo, prácticas, todo pasa; y ahora todas las cosas son hechas nuevas. “No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas” (Isaías 43:18). Cuando llega Jesús, todo cambia y se transforma. ¿Estás listo para una transformación?
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Nos gustaría agradecer a EG Multiservicios por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.egmultiservicios.com/