¿Cómo ves a Dios? Muestra

Vemos a Dios en una relación familiar sana

Cuando padres e hijos viven en comunión y armonía hay bendición, pero cuando hay una desconexión en la relación familiar, esto genera maldición. La palabra “honra a tu padre y a tu madre” conlleva una promesa de larga vida. Malaquías habla de hacer volver el corazón de los padres a los hijos y viceversa porque los israelitas conocían al Dios de provisión, de sanidad, de justicia, de milagros. Pero cuando el corazón no está preparado no vamos a ver a Dios aun cuando está frente a nosotros. La religiosidad es simplemente actos y cumplimientos, pero la verdadera relación con Dios demanda un corazón sano y una sincera relación de amor con el Padre.

Dios, nuestro Padre, quiere darnos algo nuevo; Él quiere cambiar tu corazón, tus conceptos, tus preceptos, por eso el enemigo quiere destruir esa paternidad. Los ateos más grandes y famosos que tenemos en la historia, son personas que odian a sus padres y a cualquier cosa que pueda relacionarse a eso. El enemigo quiere atacar la paternidad, porque si yo no puedo relacionarme con mi padre terrenal, más difícil va a ser relacionarme con mi padre eterno.

En la Biblia hemos visto modelos de personas que tenían relaciones con sus padres que no eran de lo mejor. José, el hijo menor de Jacob, era el favorito de su papá, y eso generó celos con los otros hermanos. Dios no tiene hijos favoritos, y si pensamos que sí los tiene, actuaremos con celos y con resentimientos, y esto es algo que el enemigo quiere plantar en el corazón de todos nosotros.

En Romanos 2:11 dice: “Porque no hay acepción de personas para con Dios”. Somos hijos de Dios porque Él nos amó primero y eso, cambió nuestras vidas por completo.

Oración: Señor, ayúdame a verte como realmente eres, guíame a amarte como tú me amas, genera en mí un corazón enseñable que te ame, que siga tu dirección y busque conocerte como el Padre que realmente eres para mí. ¡Amén!