¿Cómo ves a Dios? Muestra

Vemos a Dios cuando lo conocemos

Los hijos de Elí: “El sumo sacerdote” eran impíos y no tenían conocimiento de Jehová. “Pero Elí era muy viejo; y oía de todo lo que sus hijos hacían con todo Israel, y cómo dormían con las mujeres que velaban a la puerta del tabernáculo de reunión. Y les dijo: ¿Por qué hacéis cosas semejantes? Porque yo oigo de todo este pueblo vuestros malos procederes.No, hijos míos, porque no es buena fama la que yo oigo; pues hacéis pecar al pueblo de Jehová (1 Samuel 2:22- 24).

¿Cómo es que estos hombres no conocían a Dios a pesar de que servían con su Padre en el templo de Jehová? ¿Por qué? Porque el cargo no significa nada si no tenemos una correcta relación con Dios. Ellos no tenían una relación de obediencia ni con su padre Elí y mucho menos con Dios.

Elí no les supo guiar hacia Dios. Debemos ser en todo tiempo, el reflejo de nuestro Padre Celestial. Como padres no podemos decir a nuestros hijos: leé tu biblia, orá, haz esto o aquello. ¡No!, debemos estar presentes con ellos para ser el reflejo del Padre Celestial en sus vidas. Ellos no conocen a Dios, porque simplemente el conocimiento les viene como una “descarga”. Nuestros hijos conocen a Dios cuando pueden ver en nuestras vidas una sincera relación de adoración a Dios.

¿Cómo veo a Dios si no lo conozco? ¿Cómo conoceré a Dios si no lo veo? Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras (Juan 14:9-10).

Como padres, también debemos estar preparados para responder preguntas como estas a nuestros hijos. No seamos padres ausentes, muchas veces estamos tan enfocados en el trabajo que no estamos presentes en el hogar. Los hijos preguntan: ¿Dónde está mi papá?, no le veo. ¿Cómo le conoceremos a nuestro padre si no le vemos? El padre que está fuera, está ausente en su hogar y este es un concepto que el enemigo quiere implantar en nuestros corazones. El padre ausente genera orfandad y cuando el padre no está, los hijos hacen lo que quieren. Al no ver al Padre no escuchamos su voz, y no tenemos percepción de su autoridad para decirnos algo. Por eso muchas veces no queremos escuchar la Palabra de Dios, porque no tenemos esa percepción de Él, porque sencillamente ignoramos su presencia en el día a día.

Oración: Señor, ayúdame a ser un padre presente en la vida de mis hijos, y que se sientan amados y estimados, dame la sabiduría para criarlos a través de tu Palabra y que este modelo trascienda hasta mis generaciones. ¡Amén!