Cómo Liberarte De La Culpa Después De PecarMuestra
LA CULPA NACE DESDE EL EDÉN.
Sí conoces la historia en Génesis 3 de Adán y Eva, sabrás que al desobedecer a Dios y comer del fruto del árbol que Dios les prohibió, ellos se dieron cuenta de su desnudez y corrieron a coser hojas de higuera para tapar su vergüenza (la culpa).
Cuando Dios les habló se ocultaron de la presencia de Jehová Dios entre arbustos y árboles del huerto. Dios les preguntó: ¿cómo es que sabían que estaban desnudos? Y ellos se culparon entre ellos, porque siempre es más fácil culpar a los demás y hasta a veces culpar al enemigo (la serpiente) que reconocer que fuimos nosotros por nuestra cuenta los que fallamos. Dios no los sacó del Edén por haber fallado, sino por no pedirle perdón y reconocer su pecado; puede que por sentimientos de culpa o por orgullo.
Nosotros no nos escondemos en los arbustos como lo hicieron Adán y Eva, tenemos formas más sofisticadas de lidiar con nuestra culpa, la adormecemos, no la extraemos, la anestesiamos…
La adormecemos con una botella de alcohol, con 1 hora de pornografía en internet, con un encuentro casual en un motel. Aparentemente en ese momento de euforia parece que desapareciera la culpa, pero reaparece una vez que terminas lo que estabas haciendo. Desde Adán y Eva nada ha cambiado, nada ha cambiado desde ese entonces.
Si ves a alguien que constantemente necesita estar acompañada, que necesita ruido, que necesita poner música, que necesita estar en fiestas, “distraerse” con alcohol, drogas y sexo, o necesita que le hablen y que le teme a la soledad, es porque aquella persona no puede quedarse en silencio consigo mismo, lo mas probable es que haya una culpa enterrada y no quiere encontrarse con ella…
Una de las armas contra la culpa más poderosas es la confesión de nuestros pecados. Confiésale primeramente a Dios lo que te hace sentir culpable, también háblalo con alguien de confianza, con tu pastor, líder, tu mamá o papá, un familiar o un amigo, pero háblalo, siempre he dicho que toda culpa pierde su poder al exponerla a la luz, al igual que el pecado.
En Salmos 32:3-4 dice el salmista: “Mientras me negué a confesar mi pecado, mi cuerpo se consumió, y gemía todo el día. Día y noche tu mano de disciplina pesaba sobre mí; mi fuerza se evaporó como agua al calor del verano”. A David también lo consumía la culpa cuando estaba escribiendo este Salmo. Se ve que al esconderse de sus pecados y no confesarlos iba dañando su alma. Si esto le pasó a David también, ¿crees que tú puedes estar exento? De ninguna manera, pero tengo una buena noticia: te regalaré una sencilla solución que es más que obvia. Más adelante en este mismo Salmo apreciamos como la gracia y el perdón de Dios restaura su alma fracturada por la culpa.
Salmos 32:5: “Finalmente te confesé todos mis pecados y ya no intenté ocultar mi culpa. Me dije: «Le confesaré mis rebeliones al Señor», ¡y tú me perdonaste! Toda mi culpa desapareció. Selah” añade el salmista.
¿No te parece increíble que toda la culpa por el pecado que sientes puedes dejarla ya? Está a tan sólo una oración de distancia.
Espero que hayas notado la palabra “Selah” al final de la oración de David porque verdaderamente tiene un gran significado ya que David la usa 71 veces en todo el libro de los Salmos y no es al azar. Esta palabra le da todo el sentido al final de este salmo.
La palabra hebrea Selah quiere decir “pausar” o “reflexionar”. En sí misma nos hace detenernos y considerar lo que Dios puede estar diciendo, incluso cuando no entendemos completamente. ¿Cuántos sabemos que hacer un alto a lo que hacemos o pensamos y sólo descansar y reflexionar trae paz al corazón, de la misma manera que el Selah nos da la oportunidad de interrumpir esos pensamientos recurrentes de culpa y pensar en lo que Dios nos dice en su palabra? Enfócate en eso.
Filipenses 3:13-14 dice “No, amados hermanos, no lo he logrado, pero me concentro únicamente en esto: olvido el pasado y fijo la mirada en lo que tengo por delante, y así avanzo hasta llegar al final de la carrera para recibir el premio celestial al cual Dios nos llama por medio de Cristo Jesús.” ENFOCATE EN LO ETERNO, NO EN LO PRESENTE.
PENSAMIENTO PARA ESTE DÍA: “No he fallado 20 veces, he encontrado 21 formas de vencer”.
En realidad, ponle la cantidad que quieras, de igual manera es irrelevante, insignificante, ¡no importa! Léeme NO IMPORTA, no dejes que Satanás te condene. Recuerda: Jesús mandó a Pedro a perdonar 70 veces siete, ¡cuànto más puede perdonar Jesús, si Él mismo dio la vida por ganar tu perdón!
Entrégale tu culpa a Jesús, habla de corazón abierto, dile cómo te estás sintiendo. Si sientes que eres un fraude díselo, dile, confiésalo, dile tus sentimientos más profundos, pero dile que sin Él no eres nada, que necesitas su gracia, que lo necesitas para vencer tus duelos, lo necesitas para que su palabra te libere de cadenas de culpa que te atan. DIOS TE AMA CON AMOR ETERNO.
Con muchísimo amor, Cris.
En el día cuatro de este devocional veremos cómo actúa la culpa en el siglo 21 después del Edén.
Acerca de este Plan
Este devocional va dirigido a aquellos que han tenido momentos en el presente o en el pasado que los llenaron de tanta culpa que quisieran retroceder la cinta y borrar lo que pasó. Dios te da una nueva oportunidad, Él no se ha cansado de ti. A través de estos 7 días reafirmaremos juntos el amor infinito que siente el corazón del Padre por ti.
More
Nos gustaría agradecer a EL REINO ETERNO por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.instagram.com/cristian_rodriguezt/