Fuerte Como Una MadreMuestra

Si hay algo que ahoga la confianza es el miedo. Como si fuera una enredadera, se arrastra. Al principio parece pequeña y aparentemente inofensiva, pero para cuando nos damos cuenta, el miedo ya nos ha inmovilizado. ¿Alguna vez te has paralizado por miedo? Porque yo sí; te ahorraré los detalles y solo te diré que es una sensación terrible. Querer moverte y ser incapaz de hacerlo a causa del miedo. Tu mente es un lugar poderoso (Proverbios 23:7); el enemigo lo sabe y quiere hacer todo lo posible para mantenerte envuelta en miedo.

Pero, hija, ¡Dios te ve segura, valiente y capaz! Esto es lo más asombroso, el miedo no se extingue con entusiasmo o repitiendo palabras de ánimo. El miedo es expulsado y lanzado lejos de ti a través del amor perfecto de Dios. Dios te ama con lo que Jeremías llama un “amor eterno” (Jeremías 31:3), un amor que no se altera ni falla. Apóyate hoy en esa clase de amor, y mientras dejas que llene cada rincón de tu corazón y mente, ya no habrá lugar para el miedo.

Amado Dios, gracias por amarme en cada etapa de mi vida. Hoy, aparto la mirada del miedo y encuentro confianza en Tu amor. Amén.