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Esperemos en Dios

DÍA 2 DE 8

¿Hasta cuándo, oh Señor?

A nadie le gustan las demoras. Y nada disminuye el dolor que sentimos cuando pasan los días y seguimos batallando con nuestras esperanzas y temores. Ya sean las horas que arruinan nuestros planes, los días y las semanas que provocan incertidumbre, o los años que pasamos preguntándonos si Dios alguna vez cumplirá lo que nos ha prometido, es humano sentirse frustrado, ansioso y como si nuestras esperanzas estuvieran muriendo dentro de nosotros.

¿Por qué razón? Porque carecemos de control sobre nuestras circunstancias. Otra persona parece estar impidiendo nuestro progreso, decidiendo cómo se gastarán los escasos momentos que se nos han dado en esta vida y evitando que disfrutemos de lo único que creemos que nos hará felices.

Como David, clamamos: "¿Hasta cuándo, oh Señor? ¿Me olvidarás para siempre?" (Salmo 13.1 LBLA).

No sé qué es lo que usted está esperando, pero sí sé que se ha inscrito en este plan de lectura por una razón. También sé por experiencia propia que esperar en Dios es una de las lecciones más difíciles de aprender. Imagino que, como en el caso de David, hay mucho dolor en su corazón mientras espera. Tal vez tema que el Señor le haya olvidado. Quizás no pueda evitar preguntarse: ¿Por qué no yo? ¿Qué me hace tan indigno? Amigo, aunque sé que duele más de lo que las palabras pueden expresar, tenga la seguridad de que siempre hay esperanza con nuestro Padre Celestial. Mientras atraviesa su temporada de espera, debe recordar que...

  • El Señor no le está ignorando y no le ha olvidado. Él está trabajando en lo invisible a favor de usted (Isaías 64.4) —en todo momento. Su responsabilidad es entregar su corazón a Él y confiar en que su vida está segura en sus todopoderosas y amorosas manos.
  • No se quede esperando sin hacer nada. Mientras espera con ilusión la instrucción y la intervención del Padre Celestial, continúe sirviéndole al llevar a cabo sus asuntos diarios. Siga buscando, obedeciendo y teniendo comunión íntima con Él, incluso cuando las circunstancias no parezcan ir a su favor.
  • No está perdiendo oportunidades valiosas. Puede parecer que lo está. Pero si Dios le dice "No" o "Espera" en cuanto a alguna posibilidad que esté frente a usted, confíe en Él. No trate de hacer que suceda. Más bien, cuente con la sabiduría perfecta de Dios para protegerle de decisiones que, en última instancia, le perjudicarían.
  • Usted no es el único. Todas las personas que conoce están enfrentando una demora en algún área u otra. Sí, puede mirar a su alrededor y ver a gente disfrutando de las bendiciones que usted desea. Puede pensar que es la única persona que está luchando con su problema en particular, la única para quien Dios no ha provisto aún. Pero caiga en cuenta de que esos pensamientos de humillación y derrota provienen de su enemigo, que siempre está tratando de aislarle y destruirle (1 Pedro 5.8, 9).

En toda nación, hay personas como usted, esperando bendiciones similares y experimentando los mismos sentimientos. De hecho, a lo largo de las Sagradas Escrituras, no hay ninguna persona a quien Dios haya usado de una manera poderosa que no haya enfrentado primero un largo y difícil tiempo de espera. Así que no se desespere... tómelo como el favor especial y la guía del Padre Celestial en su vida.

Día 1Día 3

Acerca de este Plan

Esperemos en Dios

¿Está usted esperando que Dios responda sus oraciones? ¿Pasan los días, los meses y los años sin ninguna evidencia de que sus anhelos más profundos se cumplirán? Si es así, acompañe al Dr. Charles Stanley quien gracias a su experiencia personal y principios bíblicos le ofrece tanto aliento cuando toda esperanza parece haberse desvanecido, como orientación para ayudarle a aprovechar los tiempos de espera de Dios.

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Nos gustaría agradecer a In Touch Ministries por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://encontacto.org/planes-de-lectura